/Crónicas///

Answer, The – Bilbao (04/03/2010)

Cormac Neeson, Paul Mahon, Micky Waters, James Heatley
7.4
Kafe Antzokia, Completo
Precio: 20/23 €

Cuando uno escucha mucha música es normal que haya ciertas cosas que empiecen a olerle mal. Llevamos ya prácticamente una década en la que el revival ha estado a la orden del día. Por eso, cuando salen bandas con un disco aclamadas ya como sucesoras de una música hecha en otra época la cosa parece sospechosa. Quede esto dicho para constatar que no me fiaba yo del todo de lo que una banda como The Answer pudiera ofrecer. Los norirlandeses se dedican a recrear un rock setentero desde el punto de vista más multitudinario del término, si bien llenan salas, que no estadios.

Y cierto es que el Kafe Antzokia estaba bastante poblado y para ser un bolo entre semana con un sólo grupo estaba casi todo el mundo a la hora prevista. Y ellos no se demoraron mucho tampoco. A escena salió el cuarteto ofreciendo la sensación que dominaría el concierto; la atención focalizada hacia su melenudo vocalista, quedando el resto en segundo plano, no a nivel virtuoso claro está, pero sí escénico. Y es que Cormac Neeson no parece ser un joven de veintipico, sino una curtida estrella del rock. O tal vez sólo es que parezca un joven de la época hippie, pero sus lacias y largas melenas tapándole el rostro, sus movimientos a lo Robert Plant y su rostro puntiagudo que apropiadamente recuerda a Chris Robinson de joven… en fin, todo va en consonancia con su recreación del hard-rock de los 70.

Abrieron con la optimista «Tonight», que explica su periplo en los escenarios junto a AC/DC, y cayeron bastantes temas del nuevo disco y siguieron con el acelerón de «Demon Eyes». Venían a comerse la noche y aunque al principio el entusiasmo del público fue moderado, se pudo observar como iba la cosa a más. Prácticamente despacharon todo el disco nuevo recurriendo a menos temas de su debut. Todas fueron bien aceptadas, pero lógicamente un poco mejor los del primero como «Never Too Late» con sus tintes funk-rockeros.

Buen detalle como siempre el salirse del guión e interpretar su gran hit «Under The Sky» antes de los bises, que por supuesto fue recibida con el mayor de los movimientos por parte del público y manos en alto coreando el estribillo. En realidad, soy de la opinión de que a la banda le faltan temas sobresalientes. Es decir, tienen muchos temas buenos, pero muy pocos realmente memorables. En directo, esta sensación queda eclipsada por su buen hacer y son capaces de convencer hasta a quién no esté muy familiarizado con ellos, pero ojala den con algún hit más para apuntalar la ya de por si sólida construcción de su directo.

Puede que suenen bastante americanos, especialmente cuando tiraron por el blues de «Preachin'»,  pero Neeson hizo mucha gala de orgullo norirlandés, haciendo múltiples referencias a su procedencia y no olvidándose de la nuestra, con algún chapurreo en euskera que bien es sabido que agrada mucho a la parroquia. También aprovechó la facilidad que brinda la sala para bajarse entre el público en varias ocasiones, a escenificar entre los seguidores los espasmos que sufre al ritmo que marcan sus compañeros.

Casi hora y media tocaron. El público se quedó pidiendo más con ganas, pero las temidas luces y la música llegaron poniendo punto final a una noche de buen rock n roll. Con bandas jóvenes así, el clasicismo tiene la continuidad a salvo. No aportan nada nuevo, pero ejecutan a la perfección. Eso si, unos teloneros igual habían hecho falta.

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4 de marzo de 2010