/Crónicas///

Ainara LeGardon – Bilbao (26/08/2006)

Ainara Legardon, Hannot Mintegia, Javier Díez-Ena
8.9
Bilborrock, 3/4 de sala
Precio: Libre
Géneros: ,

Tarde-noche de folk-rock, según anunciaba el programa de fiestas de Bilbao. Ante lo poco atractivo del resto de conciertos del día, el cartel prometía. A la hora salieron los locales Hoon, dignos exponentes del rock alternativo de los 90, con herencias de los 70. Post-grunge con ínfulas hippies en el que caben acercamientos al folk y al blues es lo que ofrecieron de forma certera ante un público en el que se notaba la afluencia de allegados. No obstante para los que no lo eramos se revelaron como una propuesta muy a tener en cuenta. Siempre es agradable saber que hay grupos que no se basan en la fórmula estética de chica al frente, sino que hacen gala de de una voz tan solvente e intensa.

Mayor profundidad y minimalismo fue lo que protagonizó Ainara Legardon y su banda. Nos ofrecieron un concierto básico con una formación basada en principio en dos guitarras (Ainara una de ellas) y contrabajo. El contrabajista osciló entre su pesado instrumento y el ligero theremin robando algo de protagonismo a la cantante y despertando la curiosidad del público. En principio decepcionó la ausencia de batería, pero fue comenzar el primer tema y quedar patente que la formación podía transportar al directo el espíritu de sus dos discos, incluso engrandecido.

La velada fue mágica. Y es que a pesar de no tratarse de una hora muy nocturna y además enmarcada en una jornada festiva de talla como es el último sábado de fiestas de Bilbao, el público quedó embrujado por los ambientes oscuros del trío. A resaltar los momentos en que Ainara quedaba sóla en el escenaria consiguiendo emocionar con su voz y guitarra y su tristeza desgarrada. Y es que pese a algunos chasquidos que salían de la guitarra, el público fue quedando poco a poco entregado y cada vez más metido en el concierto, como demostraba el sepulcral silencio guardado durante las interpretaciones y los entregados aplausos entre tema y tema.

El emplazamiento, una reformada iglesia convertida en sala de conciertos, también ayudaba a esta comunión tan especial que por otra parte suponía el reencuentro de la artista con su ciudad, en la que hace tiempo que no reside y también que no tocaba en directo. Un acierto por parte del ayuntamiento traerla, si bien a estas alturas se merece mucho más reconocimiento que tocar en una muestra de pop-rock local cuando publicaciones de medio mundo han alabado su música.

Así transcurrió un emotivo recital en el que se sucedieron unos pocos temas de su debut como «In The Mirror» o «I Saw The Light On» y una mayoría del más oscuro segundo, como «Hope Defeated», «Dry Years», «Needed» o «A Second of…» introduciendo arrebatos de furia dentro de la calma hipnótica que dominaba la sala. Interpretaciones que no perdieron un ápice de fuerza a pesar de su básica puesta en escena.

Tras salir del escenario y un corto intervalo en el que los aplausos no cesaron, Ainara nos ofreció un tema instrumental para posteriormente finalizar con el reclamado «Each Day a Lie» en el que, esta vez sí, se echaba de menos la magistral cadencia de la batería del disco. Aún así se reafirmó en directo como un tema memorable de los que más hacen lucir la voz gélida de la artista. Y un colofón ideal para un concierto que se hizo corto, pero dejó bien satisfecho a un público supongo que más heterogéneo del que iría a presenciarlo en una sala con entrada. Esperemos que actuaciones así contribuyan a popularizar la buena música.

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26 de agosto de 2006