Al rock de estadio hay que pillarlo con cuidado y bien seleccionado, la cita de AC/DC era obvia, además intentando huir de estadios propiamente dichos y dejándolo en recintos grandes y abarrotados. Eso sí, en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid estuvimos muy a gusto.
Entramos justo con las primeras notas de «Come Follow Me», uno de los mejores temas del primer disco de The Answer «Rise». Antes, Cormac Neeson lanzó un saludo a «Madrid City» que encandiló a la primera a todos los que ni conocían a la banda. Y es que, con solo un par de discos, su blues-rock de raíces americanas ya les ha llevado a telonear a otros grandes como Deep Purple y Aerosmith, cosa muy merecida viendo los trallazos que se marcan en directo.
Temazos del anterior «Rise» como el final «Never Too Late», y algunas piezas de su reciente «Everyday Demons» que pasaron mas de puntillas, como «Demon Eyes». Su potencia, su vitalidad y las ganas de rock del público terminó llevándolos a ser uno de los mejores casos de teloneros de grupos enormes que se han visto por Madrid últimamente. ¡Y que grande la voz del propio Neeson!
Fue inevitable pensar que si a The Answer les hubieran dejado el sonido a tope les habrían puesto las cosas muy difíciles a todo unos AC/DC… No hablamos de sus fans, pues la mitad del pabellón tenía puesto el sobresaliente antes de entrar al recinto, sino a los que juzgábamos desde el respeto máximo a los primeros discos de los australianos y a la dejadez de los últimos tiempos. Al final resultó que en realidad el sonido de The Answer fue igual de malo que durante los tres o cuatro primeros temas de AC/DC…
Antes había aparecido un video pajillero de animación de dos jamonas animadas que le tocaban la cola a Angus (la cola del diablo, vamos). Todo ello terminaba en un tren que se salía de los raíles para aparecer en el propio escenario con los primeros acordes de «Rock ‘n’ Roll Train». Dos ataques después con clásicos magníficos como «Hell Ain’t A Bad Place To Be» y el homenaje a Bon Scott que es «Back in Black», un descansito con un frío «Big Jack» y comienzo del guión.
Lo de AC/DC es eso, puro guión. Un guión de un show verdaderamente excitante, con unas canciones que están entre lo mejor que ha parido el rock («Dirty Deeds Done Dirt Cheap» y los cuatro temas del final del set normal, por encima del resto) y a Angus, cuyo despliegue de sudor y garra que apenas podemos comparar a uno o dos dinosaurios del rock. Hubo ejemplos muy buenos como los anteriormente mencionados, el típico invento de la campana que viene del cielo en «Hells Bells», las chicas que salían por la pantalla en la siempre picara «The Jack» y el estribillo siempre grande de «Shoot To Thrill». El espectáculo de Angus fue tan grande que el guión le había reservado «War Machine» y «Anything Goes» para descansar, sin siquiera mostrarle en las pantallas.
El descanso era necesario cuando venía un cuarteto final de dejar boquiabierto: «You Shook Me All Night Long», «T.N.T.» (con fuego y sin el, pues es un tema de 10), la gigante señorita Rosa tomando el tren con «Whole Lotta Rosie» y un «Let There Be Rock» cedido a Angus en su totalidad, con un solo de ¿10 minutos?. Muy bien todo, pero sobró un solo final que bien podría haber sido un tema del «High Voltage» o del «Dirty Deeds Done Dirt Cheap».
Los bises fueron muy previsibles (tanto o mas como el final del set) pero también muy interesantes (menos que ese final de set). Karaoke con «Highway to Hell» y los cuernos rojos de Angus, para rematar a cañonazos con «For Those About to Rock (We Salute You)». Y aunque nos gustó el concierto, fue todo tan guionizado y previsible como para no hacer otro «We Salute You» con ellos en el Calderón.