/Reseñas///

Sonic Youth – Sonic Nurse

Sonic Youth - Sonic Nurse portada
Geffen, 2004
Productor: Sonic Youth
Banda: T. Moore, L. Ranaldo, K. Gordon, S. Shelley, J. O'Rourke

Géneros: ,

8.4

Auténticos azotes del conformismo a la vez que pioneros del rock alternativo que explotó en los 90, grunge incluído, Sonic Youth regresan ya en el umbral de los 50 con un disco con el que retoman el espíritu de su época gloriosa (Goo, Dirty, Washing Machine) y lo mezclan con todo lo aprendido en cuanto a melodía y progresión (NYC Ghosts & Flowers, Murray Street). Las marcas de la casa son conocidas; ruidismo en las cuerdas, baterías inquietas, voces que alternan la placidez indie con la furia punk, remansos instrumentales, psicodelia…

El disco arranca con Pattern Recognition, un tema que ha devuelto la confianza a los seguidores que sentían que la banda les estaba abandonando. Aquí Kim Gordon recupera el pulso vibrante para los nuevos Sonic Youth. La bajista con su voz susurrante e histérica repitiendo obsesivamente «You´re the one» aporta el cariz punk que necesitan las ráfagas de batería y los bajos y guitarras discordantes, resultando la paternidad de este tema claramente reconocible.

La bajista sigue mostrando la rabia adolescente que siempre latirá en la banda en Kim Gordon and the Arthur Doyle Hand Cream, un tema crudo, de voces retorcidas y rotas, guitarras crujientes y baterías centrifugando, dignas de la época en que sus composiciones ocupaban primera fila en el cerebro de Kurt Cobain, antes de que se lo volase. Gordon amolda su registro al tono oscuro y grisáceo de Dude Ranch Nurse, donde se crea una volátil e irreal atmósfera entre el dream pop y el soul y de igual forma se mete en la piel de Nico para firmar I Love You Golden Blue que comienza en plan marcianada para convertirse en el corte más introspectivo e íntimo del álbum.

Por su parte el ácrata de las cinco cuerdas, Lee Ranaldo tan sólo firma un tema de esta enfermera sónica. Se trata de Paper Cup Exit, que comienza susurrante y alcanza un estribillo sencillo aunque pegadizo, a través de esa facilidad con que la banda extrae ácidas melodías de cualquier parte. Es en temas como este donde más se nota que la banda está reviviendo una segunda «juventud sónica», tocando y cantando con el pálpito que les caracterizaba cuando estaban en plena explosión indie.

Más protagonista que Kim Gordon en cuanto a número de temas, que no en cuanto a intensidad, es Thurston Moore. Pero sus canciones también rebosan brillantez, generalmente explorando texturas y pasajes instrumentales. Como Dripping Dream que nos recuerda a los Dinosaur Jr. más perezosos en las estrofas, (todo sea por establecer un nexo externo en el universo de los neoyorkinos) y con remansos de melodía realmente reconfortantes. O Stones, cadencioso y amable a la vez que repleto de incertidumbre y espirales progresivas que se desplazan con lentitud. Y como no, la más rockera New Hampshire, introducida con unas monótonas baterías y tímidas guitarras que se vuelven esquivas y eléctricas tejiendo un ritmo urgente que vuelve a perderse en ejercicios instrumentales sin rumbo fijo.
Es también Moore quién pone voz a los dos temas de tintes políticos del álbum. Unmade Bed encierra una solapada crítica a la política de Bush en un tema melódico a su manera, con rítmicos riffs y sonidos dulces. Algo más explícita resulta Peace Attack, una reflexión acerca del rumbo que comenzando por el gobierno de su país, está tomando el mundo. Algo que no podía faltar viniendo de unos orgulloso pobladores de NYC cuyo nombre se han encargado de invocar en sus canciones. Lejos de ser un corte rabioso o apocalíptico, la banda se enfoca más a la cara sutil y de mirar hacia adelante que a escupir sobre sus políticos como ya hicieran con el memorable «Youth Against Fascism» dedicado precisamente a Bush padre.

Está claro que Sonic Youth ya no hacen discos que te pongan de los nervios ni que te levanten en vilo pero a día de hoy sigo siendo incapaz de catalogar un nuevo disco de los neoyorkinos de mediocre. La clave puede residir en que no hay nadie haciendo esto mejor. Y es que a través de la constancia, incluso dentro de su vocación experimental, han encontrado un sonido propio al que simplemente van añadiendo y quitando elementos. Por eso no se puede explicar como suenan, porque es tremendamente difícil encontrar influencias externas en su música. Sonic Nurse es el producto claro que obra la madurez en los terroristas sónicos, el paso del punk hacia la intelectualidad. A muchos les devolverá la fe.

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15 de julio de 2004