/Crónicas///

Godspeed You! Black Emperor – Madrid (30/01/2011)

8.5
La Riviera,
Precio: 24 €

1.Hope Drone
2.Albanian
3.Murray Ostril: «…they don’t sleep anymore on the beach …»
4.Monheim
5.Lift yr. skinny fists, like antennas to heaven
6.Gathering Storm
7.09-15-00 (II)
8.Chart #3
9.World police and friendly fire
10.Rockets fall on rocket falls
10.Moya
11.BBF3

Cuando acaba un concierto como este sales de la sala cabizbajo, con tu mente viajando por otro mundo que no es el mismo que tu cuerpo pisa, hasta que vuelves a la realidad en una dura y larga caída a la tierra, donde casi llegas a saborear hasta el polvo. Y es entonces, tras el duro golpe, cuando pensé que iba a escribir yo en la presente crónica, pues lo mejor para saber lo que vivimos esa magnifica noche es sentirlo uno mismo, ya que las palabras son parcas y carecen de significado para poder explicar lo experimentado, y donde además cada uno deja llevar su mente de una manera, y siente y vive según su persona.

Pero antes de contar mi experiencia personal del concierto, he de mencionar al inesperado telonero, un virtuoso del saxofón llamado Colin Stetson, que tras informarme después del concierto, leo que, ha tocado en giras de Arcade Fire o Bell Orchestre y ha colaborado con TV On The Radio o Tom Waits. Pero como no se había informado de su intervención, ni en las entradas estaba anunciado, solo pude escuchar los últimos minutos de su actuación, lo que me impide poder hablar sobre él.

Acompañando a la salida de los componentes de Godspeed You! Black Emperor, leemos la palabra ‘Hope’ en las proyecciones que aparecen al fondo del escenario, pero es lo mas cerca que estaremos en toda la noche de ese sentimiento, ya que la música de los canadienses ahoga lenta y parsimoniosamente toda esperanza posible. Su música sume en una autentica desolación y agonía, pero que resulta revitalizante, es como un paso por el duro y oscuro mundo subterráneo del Tártaro, donde sufrir duras calamidades y hacernos conscientes de todos los males de uno mismo y de toda la humanidad, y donde finalmente tras el fin de la música creemos que podemos llegar al Elíseo, pues esta vez si creemos tener esperanza.

La banda se coloca en una especie de ‘u’ con los miembros de la banda enfrentados y los percusionistas al fondo. Comienzan a sonar las primeras notas de “Hope Drone” el denso éxtasis comienza, todo lo que te rodea desaparece, existiendo en ese momento solo el escenario, la banda y las proyecciones, estas imágenes acompañan perfectamente a la música ya que en ellas aparecen suburbios, escombros, espacios ruinosos, vertederos, llamas… introduciéndonos en una espiral hipnótica de características apocalípticas. Con temas como “Gathering Storm” parece llegar el fin del mundo y que tras las paredes de la sala todo se acaba, gracias a una tensión sonora que alcanza cotas inimaginables. Es una tormenta desatada de instintos inhumanos.

Los músicos no se dirigen al publico en ningún momento, ellos son los chamanes, sumidos en su propio éxtasis, dirigiendo el viaje de cada uno de los allí presente abriéndonos los ojos y mostrándonos nuestro interior, a nosotros mismo, especialmente lo peor que llevamos dentro, nuestro lobo estepario y enseñándonos la verdad de lo que nos rodea. Las canciones se prolongan, ninguna inferior a los diez minutos sin apenas espacio entre ellas, alucinante la paranoica “World Police And Friendly Fire”. Los crescendo y progresiones se suceden aplastándonos, ahogándonos en un océano de detalles y sutilezas musicales, acompañadas de infinitas distorsiones, salvajes percusiones y una agresividad sonora de abrumadora belleza, uniendo cielo y tierra en un imponente columna en forma de tornado que arrasa y destruye todo a su paso a modo de purga, para después volver a empezar. “Rockets Fall on Rocket Falls” es claro ejemplo de cómo los de Montreal saben crear atmósferas agónicas, oscuras y densas, capaces de ir mas a allá de lo meramente musical, y remover nuestro interior.

La música no queda mermada en ningún caso por el directo, aplastante todo sea dicho, es mas hicieron sonar una Sala Riviera como nunca, haciéndola acogedora, y es que GY!BE interpretaron a la perfección un mas que buen repertorio y de maravilla, terminando el concierto con la maravillosa dupla “Moya” y “BBF3”, saliendo los allí presente anonadados, ausentes como si de un hecho paranormal y extraordinario se hubiese tratado y que solo nosotros pudimos presenciar. Así fue lo que yo viví, y así es como he podido contar algo que no se puede explicar, algo poético.

Y es que la sombra de Godspeed You! Black Emperor es alargada y su ausencia infinita, provocando la constante comparación de toda banda metida en el saco del post-rock con ellos, como con la necesidad de un nuevo mesías, de que volviese aparecer algo igual. Pero han sido ellos los que han regresado tras su largo silencio sin defraudar, y esperemos que no sea la última vez que podamos disfrutarlos, ni tengamos que esperar tanto tiempo.

 

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30 de enero de 2011