Tiempo sin respuestas: 40 años sin Nick Drake

Nicholas Rodney Drake fue un alma torturada, incapaz de plantarle cara a las rudezas del día a día víctima de su propia sensibilidad. Intentó sobrellevarlo mediante el abuso de las drogas pero, sobre todo, cantando y tocando. Pronto comprobó que no era lo suyo lo de actuar en directo por su timidez y perfeccionismo (su única gira fue por pubs guitarra en mano ante gente bebida y charlatana), lo que llevó a que su obra no llegara a ningún sitio mientras vivió por su escasa promoción. A pesar de todo esto, su música, aunque melancólica y nostálgica, también es bella y esperanzadora. Un mensaje que quiso dejarle a un público que se le resistió en vida pero que, décadas después de su muerte, pareció acogerlo justo con la madurez del indie en los noventa, sino y época que quizá hubieran sido más propicios para él.

Hoy, día en que se cumplen los 40 años de su temprana muerte a los 26 años, esta joya que estuvo oculta durante demasiado tiempo refulge con todo su esplendor como un hito de la música folk y pop. Sólo tres discos, “Five Leaves Left” (1969), “Bryter Lyter” (1970) y “Pink Moon” (1972) y algunas canciones completas y maquetas recopiladas posteriormente suponen el escaso legado de uno de los fenómenos más misteriosos de la música popular (pocos o nadie llegaron a conocerlo realmente, no hay o no se han revelado imágenes suyas en movimiento de adulto), pero su valor es tal que merece que cualquiera mínimamente interesado por la música le eche un vistazo. Desde feiticeirA queremos rendirle nuestro pequeño homenaje rescatando alguno de los hitos de su inigualable cancionero:

 

RIVER MAN

El inglés prácticamente debutaba con una de las composiciones que a la postre ha pasado a ser una de sus más reconocibles y quizá con la que más se le asocia. Un ambiente misterioso, un tono grave, ideal para representar a esta oscura figura del folk, en la que la delicada guitarra se lleva a la perfección con los ominosos arreglos de Harry Roberson. Quizá la canción ideal para descubrir al artista.

 

‘CELLO SONG

Mi favorita de “Five Leaves Left” es esta preciosa canción cargada de deseo y evasión en su melodía y letra. Como bien indica el título, el celo forma una parte importante en ella, señalando con gracia los momentos más emotivos, aunque realmente el eje central vuelven a ser la guitarra, con sus obsesivos arpegios, y la suave voz que nos acaricia. No nos olvidemos del bajo del Pentangle Danny Thompson y las acertadas congas de Rocky Dzidzornu.

 

SATURDAY SUN

Nuevo cambio de registro, “Saturday Sun” está cargada de jazz y blues. El cierre de su primer disco nos invita a entrar en un pub imaginario en una tarde de Domingo lluviosa, donde esperar al anochecer acompañado de una pinta con la que apartar las penas pero también a esperar algo bueno de la semana que comienza. Y es que en la música de Drake, en el fondo, siempre permanece este hálito de que a veces nos irá bien.

 

HAZEY JANE II

Para su segundo disco, Drake repitió con Joe Boyd, que le sugirió un sonido más pop y más producido para intentar alcanzar el éxito. El artista en principio estuvo de acuerdo, pero a la postre se arrepentiría al preferir un sonido más desnudo. Por suerte para nosotros, “Bryter Lyter” queda como testigo de la imposición de su productor y temas como “Hazey Jane II” marcan el punto álgido de esta nueva orientación: una canción dinámica, con ritmo, ‘feliz’ plagada de arreglos, con colaboración de lujo de Richard Thompson de Fairport Convention (muy presentes en sus primeros discos) a la guitarra.

 

ONE OF THESE THINGS FIRST

El piano de Paul Harris manda en esta canción de toque aparentemente liviano y ensoñador. Nick se dedica en la letra a fantasear con que podría haber sido muchas cosas, tanto posibles como imposibles, pero que para él se encuentran igualmente fuera de sus límites emocionales. Ese ‘I could have been…’ que repite hasta la saciedad podría ser considerado el leif motiv de su breve vida. 

 

NORTHERN SKY

Hay canciones capaces de resumir la existencia y “Northern Sky” es una de ellas. Lo más parecido a un hit de su discografía es un canto a la eternidad en plácido in crescendo que contó con la inestimable colaboración de todo un John Cale al piano, la celesta y el órgano. Lamentablemente, Island Records volvió a desentenderse y no la lanzó como el single que podría haber llevado a su creador al estrellato. El álbum volvió a ser un fracaso y su autor cayó en su peor período del que ya apenas se recuperaría. 

 

PINK MOON

En venganza a la indiferencia con que lo trataba su sello, Drake entregó como tercer trabajo justo el disco que había estado queriendo grabar durante toda su corta carrera: apenas voz y guitarra sin añadiduras, sólo un piano además en este tema titular. Canción que, ya en el año 2000, un anuncio de coches se encargaría irónicamente de convertir en improbable éxito y terminar así de asentar una fama y respeto para su creador tan merecidso como injustamente negados hasta entonces.

 

ROAD

Devastado ya por las drogas y la depresión, Drake grabó su último trabajo acompañado sólo por el ingeniero, reconvertido en productor, John Wood en unas cuantas horas durante un par de noches de estudio. En esta casi completa soledad Drake alcanzaba su dolorosa esencia con temas cortos tan puros y sentidos como éste, que en conjunto no llegarían a la media hora. Más tarde, no volvería a soportar una sesión completa de grabación.

 

MAGIC

Para suerte de los seguidores, algo de material inédito de enjundia comenzaría a surgir en las décadas posteriores a su desaparición. “Magic” es una mezcla alternativa del “I Was Made to Love Magic” rescatado junto a otro puñado de temas de la casi infructuosa sesión de grabación de un hipotético cuarto álbum que nunca llegó. Sería lanzado como sencillo en 2004 y alcanzaría el número 34 en la lista de singles británica, primera y única vez para el artista ya largamente desaparecido por entonces. Más ironías del destino…

 

Como colofón, os dejamos con el documental “A Skin Too Few: The Days of Nick Drake”, que en un rato nos narra la existencia del protagonista de este texto por parte de los que mejor llegaron a conocerle. Un homenaje incompleto a todas luces dado lo esquivo del personaje, pero aún así entrañable e ilustrativo.

 

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