Al hablar hoy en día del shoegaze es imposible no recordar su corto reinado como género de moda hace más de dos décadas en el Reino Unido, y sobre todo no se deberían obviar las que fueron sus tres bandas de cabecera por excelencia.
Como si de una concatenación de reuniones se tratase, el Primavera Sound se ha empeñado en acercárnoslos, y si en 2013 y 2014 respectivamente se producía el regreso a los escenarios españoles de My Bloody Valentine y Slowdive, esta semana saltaba la noticia de la vuelta de Ride. La tercera gema de aquel tridente estará de vuelta allá por finales del mes de mayo tras casi veinte años de su último Lp, el muy menor «Tarantula».
Por entonces la banda de Oxford ya se había rendido al brit-pop imperante en las islas tras las fulgurantes apariciones de Oasis (banda donde acabaría tocando uno de sus líderes, Andy Bell) o Blur, y dejando atrás los mantos ruidosos infectados de melodías, firmaron su adiós tras una carrera que dejó cuatro álbumes, además de algunos Ep’s y singles sueltos.
Si My Bloody Valentine eran el ruido ensoñador, y Slowdive el viaje hacía atmósferas ambientales sublimes, Ride serán recordados por ser el grupo que mejores resultados dejó dentro del shoegaze en lo que a canciones pop redondas se refiere. Recordémosles en 5 temas que resumen sus apenas ocho años de trayectoria.
RIDE – CHELSEA GIRL
Primer éxito de la banda, «Chelsea Girl» abría el Ep con el que la banda se estrenaba allá por los inicios de 1990. Aunque el cuarteto se declaraban amantes de The Smiths, en sus canciones el ruido era tan importante como la melodía, y si bien ya en estos primeros trabajos daban muestras de su amor por la concisión pop (02:58 es la duración de este single directo y efectivo), en Ride la distorsión prevalecía por encima de las guitarras cristalinas de Marr, o los gorgoritos de Moz. Sin duda estábamos ante unos nuevos militantes de ese sonido que influenciado tanto por el post punk o el dark wave británicos, como por el noise y el indie rock americano, había derivado en algo nuevo llamado shoegazing.
RIDE – VAPOUR TRAIL
Arropados por uno de los sellos tótem de la época, Creation Records, Ride vieron impulsada su carrera en apenas meses, y tras otro par de Ep’s publicados, a finales del mismo 1990 veía la luz «Nowhere». Si la anterior «Chelsea Girl» era una composición del entonces predominante Gardener, en «Nowhere», Bell lograba gracias a esta «Vapour Trail» el gran clásico de la banda, y con ello sus galones aumentaban, estando a partir de entonces las tareas creadoras mucho más repartidas. El pop delicioso y evocador de «Vapour Trail» se extendió como la pólvora por las cadenas y radios británicas siendo a partir de entonces su despegue algo inminente.
RIDE – PARALYSED
También en «Nowhere» encontramos una pieza que les muestra (aquí sí) como los admiradores de The Smiths que confesaban ser. «Paralysed» muestra guitarras semilimpias, un tono sosegado a la par que épico, e incluso reminiscencias vocales cercanas al Morrissey menos histriónico. Quizás no sea su pieza más famosa, pero sin duda es una de las más bellas.
RIDE – TIME OF HER TIME
Con The Stone Roses tan presentes (o más aún) que The Smiths o The Cure, Ride lograron en «Going Blank Again» el disco perfecto entre lo que habían sido los 80′ en sus más diversas vertientes, y el indie británico que en los 90′ estaba a punto de estallar. Se nota en las composiciones de Gardener un mayor peso del pasado (en «Leave Them All Behind» o «Mouse Trap» la exprimentación y complejidad son mayores), mientras que en Bell encontramos a un autor entusiasmado con crear la canción perfecta aunque para ello haya que bajar algo las revoluciones (véase «Chrome Waves», o el hit «Twisterella» como ejemplos). Entre medias de unas y otras estaba «Time Of Her Time», la canción cúspide de la banda para el que esto escribe, y sin duda un auténtico bombazo lleno de fuerza, melodía y mezcla ideal de todo lo que el grupo había mamado desde sus inicios.
RIDE – NATURAL GRACE
Dos años pueden no parecer mucho tiempo, o pueden parecer una eternidad según qué casos. Para Ride los 27 meses transcurridos entre la publicación de «Going Blank Again» y su tercer disco «Carnival Of Light», fueron como mínimo trascendentales, y es que a su regreso Ride era prácticamente otra banda. Tomando como título el nombre de una canción de los Beatles más experimentales (que nunca llegó a publicarse), puede verse claramente en esta anécdota el paso dado por el cuarteto hacia sonidos más cercanos a la psicodelia americana o el brit pop. Con todo, el talento estaba ahí, y el disco pese a descender en ventas no fue un fracaso rotundo. Quizás «Natural Grace» sea un buen ejemplo del momento de Ride en aquel año 1994. Sin duda seguían estando capacitados para crear buenas canciones, pero allá donde había una frescura muy particular, ahora existía un grupo casi del montón lleno de momentos correctos, e incluso buenos, pero desde luego pocas veces brillantes. Finalmente «Tarantula» sería dos años después el adiós definitivo de una banda por entonces llena de tensiones creativas y personales entre Bell y Gardener, provocadas en gran parte por los celos que entre ambos habían ido surgiendo. Esperemos el mejor de los regresos en 2015 para recuperar un legado que, sin duda alguna, bien merece la pena.