Vanna son otra banda de la nueva hornada hardcore cada vez más interesada por picar un poco de aquí y otro de allá, añadiendo melodías de corte emo, fuerza metálica e inclusos giros instrumentales deudores del rock progresivo al género. El reto el de siempre, conservar el espíritu punk para que tus viejos fans no te den la espalda a la vez que optas por llegar a un público masivo, en este caso desde el sello de Brett Gurevitz, Epitaph.
«A Dead Language For a Dying Lady» comienza a sumergirnos en un metalcore abierto que ofrece una sensación más positiva que opresiva, como si añadiésemos berridos y puntuales riffs diabólicos a unos Motion City Soundtrack. En las voces iniciales de la más que interesante «I Am The Wind, You Are the Feather» se acercan incluso a Dredg, creando una atmósfera volátil y amable que rompen a berridos y destellos death más propios de unos Converge.
«The Search Party Never Came» continúa con esta teoría de la fusión, jugando entre las melodías más pop y la crispación paranoide con riffs y estructuras más propias del post-hardcore. Y es que las guitarras son precisamente el punto fuerte del sonido de Vanna, oscilando desde el rock alternativo, a la pesadez oscura o los sonidos más volátiles y luminosos.
Puede que no vayan a ser una revolución pero demuestran un espíritu abierto que les puede hacer mucho bien en su crecimiento como banda y a buen seguro que pronto serán uno de los nombres más escuchados del nuevo hardcore. Como siempre, queda ver como se desenvuelven en un disco entero y si consiguen mantener la atención o caen en el aburrimiento. Y sobre todo pasar la prueba del directo, donde se ve si la fuerza de las composiciones se sostiene, pero de momento cuentan en su haber con un EP prometedor.