El caso de Ulver es digno de estudio, porque no creo que haya habido evoluciones tan espectaculares como la suya en los quince años: de empezar haciendo un black metal de lo más ortodoxo, pasaron a crear una suerte de folk rock con su Noruega natal como trasfondo para llegar al punto actual, en el que tras unos cuantos escarceos con la electrónica industrial y el trip-hop con el anterior “Blood Inside” han terminado realizando las oscuras atmósferas de este último álbum, el trágicamente bello “Shadows of the Sun”.
Y es que se puede decir sin temor a equivocarse que no hay ninguna similitud entre la agresividad metálica de sus primigenios trabajos y esta reciente suerte de banda sonora para un funeral en el hielo, que bebe indudablemente más de los últimos Coil, Radiohead o Pink Floyd antes que de Burzum o Emperor. Mejor dicho, de estos últimos no beben nada en absoluto.
Con estos referentes, no es difícil averiguar lo que nos encontramos en este séptimo disco: composiciones preciosistas, lánguidas, casi más propias de música de cámara; que gustará tanto a los amantes de los diversos ‘posts’ como a los seguidores del metal más inquietos y a los que estén interesados en la subcultura gótica, que caerán rendidos ante la música aquí recogida.
“Shadows of the Sun” es, en definitiva, un disco excelente, proveniente de unos artistas que se basan en el inconformismo y la inquietud para hacer llegar al público distintos matices de oscuridad, siempre con resultados más que buenos. En este caso ha tocado la parte más personal y menos fácil, y quizá por ello el reconocimiento deba ser mayor aún.