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Therapy? – Crooked Timber

Therapy? - Crooked Timber portada
Demolition Records/Global Music, 2009
Productor: Andy Gill
Banda: Andy Cairns, Michael McKeegan, Neil Cooper

Géneros: , ,

8.0

A menudo cuando hay cosas en la vida que nos gustan y siempre están ahí caemos en el descuido de darlas por sentadas. En un mundo como el de la música, tan regido por modas y sensaciones esto pasa demasiado a menudo. Con ya 20 años a sus espaldas, Therapy? son una de esas realidades musicales perennes que no suelen contar con la atención requerida ya que pese a que su carrera registra varios altibajos, incluso sus picos más bajos no se han salido de lo interesante.

A lo largo de los años, Andy Cairns y sus escuderos rítmicos han sabido combatir la hegemonía norteamericana del rock y el metal alternativo con buenas composiciones y exploración de estilos. Ejercicios que han quedado casi siempre injustamente deslucidos por los recuerdos de aquel inmenso y generacional Troublegum. Y es loable que pese a no conseguir nunca esa cima de popularidad, los ánimos de la banda no hayan decaído y sigan buscando nuevos caminos por donde enfocar su música.

Crooked Timber es un disco oscuro y repleto de bajos gravísimos y cajas resonantes herencia del sonido Touch & Go, arropado por momentos con texturas progresivas e incluso ambientales. En esta última categoría podría encuadrarse la dupla de «Exiles», con ambientes dignos de Dredg, oscuridad a lo Melvins e incluso algún guiño rítmico a Muse. El single «Crooked Timber» no es precisamente un plácido remanso de melodía pero si es seguramente el momento menos turbio del disco, al que contribuye mucho su campanilleante leitmotiv musical. Un alargado tema de corte progresivo que trae renovados aires a la música de la banda sin alejarlos del rock contundente.
Quién escuche la décima entrega de los norirlandeses en busca de singles a lo «Nowhere», lo más cercano que encontrará es «I Told You I Was Ill», momento en el que la garganta de Cairns pone las notas más melódicas a nivel vocal. O la escueta «Blacken the Page» que suena como Metallica haciendo una versión punk-rock. Poco que ver con el agresivo boogie-rock de «Enjoy The Struggle» o la excitante «Clown Galore», que de brutas y oscuras recuerdan a The Jesus Lizard, a lo que contribuye el estilo bruto de Cairns. No es de extrañar siendo el álbum producido por Andy Gill (Gang of Four), que ha trabajado con los Lizard o Killing Joke, entre otros.

«Magic Mountain» es sin duda la sorpresa, 10 minutos en los que desconectar de la furia del disco, subirse a una balsa de tejidos progresivos y post-rock y deslizarse por un torrente que enlaza a los más amables Pelican con la brillantez pop de The Cure. Si bien comienza resultando interesante, su duración aún justificada por su progresión rítmica y la proliferación de atmosféricos sintetizadores resulta más que excesiva, sobre todo al dejar colgada «Bad Excuse for Daylight» con sus riffs pesados, lentos y constantes cercanos a Helmet, similar en planteamiento con la apertura de «The head That Tried to Strangle Itself» aunque más apagada.

Pon todo este esfuerzo por seguir labrando nuevos caminos en un disco conceptual que gira en torno a la condición humana y cuyo título proviene de una cita de Kant y te encontrarás con un grupo de hard-rock de lo más inusual, que haremos bien en no olvidar que siempre ha estado ahí. Si el paso de los años y la pérdida de popularidad no han conseguido doblegar al trío en todo este tiempo, a algunos de nosotros como oyentes tampoco nos va a influir.

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1 de enero de 2009