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Tegan and Sara – So Jealous

Tegan and Sara - So Jealous portada
Vapor / Sanctuary, 2004
Productor: David Carswell, John Collins, Tegan and Sara
Banda: Tegan Quin, Sara Quin

Géneros:

6.3

Tegan y Sara son dos hermanas canadienses que rondan la veintena y se resisten a superar la adolescencia en este primer disco que busca en el pop clásico, de vitola alternativa pero comercial (particularmente R.E.M. dado su pasado folkie) y lo mezcla con apuntes de otras tendencias como el indie o el power-pop. Sus canciones basadas en guitarra y voz -así grabaron su primera maqueta- tienen el amor y sus vicisitudes como tema principal siempre desde un punto de vista bastante inocente.

Este ya cuarto álbum del dúo les lleva a terrenos donde su fragilidad emocional abraza sonidos nuevaoleros que pueden hacer que su pop a medio gas suene en las radios de medio mundo. En Estados Unidos ya parecen estar conectando con el sector más adolescente gracias a sus letras generacionales sobre las relaciones personales. Asunto que abordan en temas un tanto intrascendentes como «I Know I Know I Know», «Downtown» o «I Can´t Take It», que llevan el pop emocional a cotas bastante ñoñas.

No es que el disco por lo general sea soso, pero suena trillado para cualquier oyente mínimamente experimentado. Es decir, nada que aporte mucha novedad a la herencia de Blondie, Weezer, Veruca Salt o Goo Goo Dolls, si bien tienen temas con mucho gancho. Especialmente «Speak Slow», acelerada y con cierto descaro, la banda sonora perfecta para todo adolescente dispuesto a comerse el mundo con unos riffs prestados de Kurt Cobain y Elastica. Las chicas declaran su amor por el rock & roll en las estrofas de «I Bet Stung», power-pop al modo de los Foo Fighters más calmados que peca de repetitivo.

Y es que aquí donde se las escucha tan modositas ellas, han tocado abriendo para sensaciones como The Killers, Hot Hot Heat, Ryan Adams o el propio Neil Young, que las fichó para su sello, Vapor Records. Y por si fuera poco, el ex-Weezer Matt Sharp aporta el toque sintético a la nuevaolera «So Jealous», así que amigos en el mundillo no les faltan. Estos apoyos, unidos a su facilidad para hacer canciones (que eso si, componen ellas) pegadizas y su ambigüedad sexual les otorga todo lo necesario para convertirse en iconos del pop, lo cual ya son en su país, Canadá y comienzan a conseguir en EE.UU. gracias a su hit «Walking With A Ghost», entre indie vía Pixies y la new wave con leves arreglos orquestales. Todo un tratado de como conseguir un single perfecto.

Más power-pop se sucede en temas como la agridulce «You Wouldn´t Like Me», de ritmo marcado por un riff rollo indie femenino. Resulta de los más reseñable de la primera parte del disco junto a «Take Me Anywhere» vibrante y con estupendos coros donde se encuentran los últimos Hole y el pop de chicle. Más buenos momentos son la power-balada «Where Does The Good Go» e «It Won´t Left», otro punto álgido con unos juegos vocales realmente conseguidos. Y es que la producción y los arreglos están muy cuidados en el disco, a pesar de la simple estructura clásica de los temas.

La pizpireta pareja desarrolla pues, en este debut, un pop-rock efervescente marcado por el indie más inofensivo y piruletero y las vertientes más infantiles del punk-rock. Da la sensación de que su música se encuentre en terreno de nadie y no termina de cuajar su intento por crear pop-rock fresco y rabioso. Puede que tengan su público, pero no sabemos si estará más cerca de Avril Lavigne que del de Breeders. Baladas como «Fix You Up» les acercan peligrosamente a la primera.

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1 de enero de 2004