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Soulsavers – It’s Not How Far You Fall, It’s The Way You Land

Soulsavers - It's Not How Far You Fall
PIAS, 2007
Productor: Soulsavers
Banda: Rich Machin, Ian Glover (Mark Lanegan)

Géneros: , , ,

8.5

Puede resultar insultante comenzar una reseña del disco de cierta banda hablando de cierto colaborador puntual, pero también puede resultar necesario. El hecho de que Mark Lanegan acapare la atención puede actuar en detrimento del reconocimiento de Soulsavers. Pero también es fácil pensar que el dúo británico tuviera esta circunstancia como algo previsto e incluso deseado cuando la posibilidad de trabajar con la otrora figura del grunge en este, su segundo disco de estudio, se materializó.

Soulsavers son una pareja de productores británicos que ya despuntaron en 2003 con «Tough Guys Don’t Dance», donde recogieron sus primeros elogios al elaborar una electrónica elegante y de toque hip-hop pero muy inspirada por otros géneros negros como el soul, blues, jazz o gospel. Esta vez, Lanegan pone su carismática garganta al servicio de toda la espiritualidad digital perfectamente dispuesta por Rich Machin y Ian Glover, creando un disco que por supuesto, no ha pasado tan desapercibido.

El disco comienza levantando el espíritu con «Revival», un tema que se engrandece con las escuchas. Al escucharlo bien podemos imaginarnos a Mark Lanegan en una capilla de Louisiana vestido de predicador con un pequeño coro de mujeres negras. Y es que la figura del cantautor mediatiza el disco, eso es innegable. En «Ghosts of You & Me», su voz queda más diluida entre una atmósfera heredera de las ya lejanas y acertadas experimentaciones electrónicas de U2. El cantautor juguetea en «Paper Money» al ritmo del narcótico trip-hop apuntillado por un piano, para estallar juntos en una dolorosa catarsis de fe a modo de gospel desgarrador.

Los ejercicios instrumentales no son menos estimulantes. Es el caso de «Ask the Dust», la belleza que crece de forma sobrecogedora en «Arizona Bay», que podría ser un pasaje creciente de los Mogwai más tranquilos. Son los únicos temas del disco no mediatizados por la voz del whiskey.
Aunque Mark Lanegan acapara de forma determinante el papel vocal del álbum, le arropan otros invitados que no desentonan con esta imagen de cantautor maldito, como son Will Oldham, Jimi Goodwin (Doves) y Preston Wright Long. Así sucede en los coros de esa caricia que es «Through My Sails» o la relectura de «Kingdoms Of Rain», ya editada en su Whiskey For The Holy Ghost. Todo un regalo para los británicos, que le han sabido dar su particular y sutil envoltura, manteniendo la esencia delicada y quebradiza.

En «Jesus of Nothing» vuelven a la diversión, con un alucinógeno blues a ritmo de downtempo y lo relajan con «No Expectations». Esta es la otra cara de la confesional «Spiritual». Coinciden en su escasez de elementos y su extremada riqueza en sensaciones, además de su punzante escalofrío. «No Expectations» es al mismo tiempo, una versión de Rolling Stones con la voz de Lanegan entregada a la magia ambiental tras cuyo ocaso aflora la debida despedida instrumental, como en todo disco conceptual que se precie.

«It’s Not How Far You Fall, It’s The Way You Land» no es sólo el último disco donde aparece el mitificado ex-lider de los Screaming Trees. Es un segundo paso en firme y la salida definitiva del underground del combo electrónico más interesante en surgir del Reino Unido desde Death In Vegas. Y sobre todo, es un nuevo paso hacia una tónica en la que la electrónica no será un género sino una forma diferente de disponer los distintos elementos musicales.

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1 de enero de 2007