Con un amplio rango de influencias de rock clásico y alternativo, Scandal nos presentan su propuesta musical, que se apoya determinantemente en la garganta de su cantante Sandra. Se trata de una voz con carácter y que bascula entre el pop y el soul y se amolda al tono, a menudo funk-rockero con esporádicos matices metálicos que recrean sus compañeros. La producción cuenta con toques de Steve Fallone, que haya trabajado con Strokes o Yo La Tengo.
No es que estos nombres nos den grandes pistas del sonido que empieza a entreverse en «Fly» que comienza con la suavidad y cadencia de los bajos funkies y crece en intensidad con un lucido solo de guitarra final. Le sigue «Feel» que bascula bien entre los ambientes preciosistas de calma liderados por la voz y el brillo rockero de los pulidos riffs.
Pronto se descubre un arma de la banda, como es el poliglotismo de su cantante. «Bother Me» tiene un toque un poco más oscuro además de letras en francés. Parece que el idioma galo les pide este aire más siniestro, porque «Casse-tête» también recoge atmósferas de este tipo, no exentas de explosiones de voz y guitarras, pero con un tono templado y misterioso que domina la canción. A destacar en ella su pasaje instrumental cercano al jazz.
Hacia el final del disco, «Casablanca» y sobre todo «One Touch of Evil» destacan por sus guitarras próximas al heavy metal que alcanzan en la segunda registros agudos en un tema breve de estructura más bien punk-rock. «Zombie Astro» cierra rockera pero como era previsible, aún quedaba una balada acústica para finalizar, siguiendo lo que es una tradición en el mundo del pop-rock.
Scandal parecen haber creado uno de esos discos de razonable calidad que a priori tendrá un difícil lugar en un panorama como el actual, más dividido que nunca entre el underground y lo comercial, ya que su música resulta accesible a cualquiera. La mejor prueba es «Guru devin», bonito tema pop con letras en castellano que muestra las fortalezas melódicas de la banda. El consejo que se me ocurre es que definan su sonido hacia algún lugar más concreto ya que quién mucho abarca poco aprieta y en cuestión de público también suele ser así.