Habitualmente el género del postmetal y el postrock viene acompañado de adjetivos existencialistas y superlativos. En el caso que nos ocupa hablamos más de ambos géneros en clave de potencia, de distorsión y de progresividad. Más que como una búsqueda de melodías o acordes imposibles, como un alarde de potencia con control exquisito.
Al menos en “Station” nos encontramos ante una bajada de peldaño (tampoco necesariamente como algo negativo) del grupo en el aspecto disperso a “Enter”, para demostrar una precisión prácticamente perfecta. Al menos esto se viene a la mente con un tema como «Harper Lewis», en cuyo auge de ruido de guitarras y metal recae el peso del disco. La repetición de melodías progresivas en el conjunto del disco al menos hacen destacarlo mucho. Igual ocurre con los riffs de «Youngblood», bien respaldado de de potencia de baquetas, aunque también «Versus» y sus desarrollos instrumentales más amplios dan la nota de postmetal al uso. Incluso con el postrock más en la onda Explosions In The Sky diríamos que terminan cerrando bastante cómodos, sino dar un vistazo a «Xavii».
Todo este aire de simpleza en un género tan taliban y onanista como el que nos ocupa, bien puede servir para marcar diferencias o para caer en la mediocridad, pero esta más que claro que un disco como «Stations» los pone en la primera división de la liga postmetalera… Incluso diría que andan luchando por la UEFA.
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1 de enero de 2008