Si bien R.E.M. es una de las bandas absolutamente imprescindibles para todo amante del pop-rock, una de esas figuras universales capaz de iluminar el camino de las bandas indies y de ponerle banda sonora a la vida de mucha gente que ni siquiera sabe que es eso de indie, últimamente nos tenían decepcionados. Si «Up» tenía su aquel experimental, «Reveal» anunció una falsa vuelta a sus tiempos más pop y de «Around The Sun» la verdad, ya nos hemos olvidado, se puede comprender que «Accelerate», que prometía un tono más rockero, acumulara las ilusiones de muchos seguidores.
Por si fuera poco, entre medias de este oscuro periodo, uno de esos temidos grandes éxitos que anuncian con letras grandes «se acabó lo que se daba». No es que temiésemos una disolución de los de Athens, que parecen la típica banda que permanecerá junta (aunque sea en trío) hasta que la muerte la separe. Pero sí una caída sin remedio en la mediocridad y a aguantar del tirón que da tener un nombre glorioso. Así se entiende que «Supernatural Superserious», sin ser un single especialmente brillante (aunque ojo, que atrapa) despertase ilusiones, tal vez desmedidas ante su típico sonido guitarrero.
Pero poco imaginaríamos que esta sensación quedase en nada ante el derroche de rock n roll realmente «accelerado» que abre «Living Well is The Best Revenge» o menos revolucionado pero incluso más guitarrero y chirriante en «Man-Sized Wrath», que junto con otros como «Horse To Water», nos hacen pensar no sólo que hemos tomado la máquina del tiempo sino que nos hemos bajado en la parada correcta. Y no me refiero a la sensación de ‘déjà vu’ descarado de cuando nos quisieron meter «Bad Day» en plan segunda parte de «It’s the End of the World As We Know It», sino de temas válidos por sí mismos, aun estando inevitablemente ligados a su pasado.
R.E.M. han regresado, no lo habrán hecho con su mejor disco, ni con el segundo ni con el quinto mejor, pero sí el mejor en unos cuantos años. O al menos nos vuelven a hacer sentir que son una banda viva, apasionada, que disfruta con lo que hace y no se dedica a lamentarse del paso del tiempo. Una vez recuperado el espíritu no se puede descartar que aún estén por entregar alguna nueva obra cumbre.