Cumpliendo con el aniversario de su mejor disco («Blood Sugar Sex Magik») y con el reciente abandono por segunda vez de su guitarrista más duradero en la formación (John Frusciante), Red Hot Chili Peppers vuelven a dar otro paso adelante hacia el rock más inofensivo y otro atrás del funk-rock que tan bien defendieron durante los 80 y 90.
En «I’m With You» el principal interrogante era el del nuevo guitarrista Josh Klinghoffer, pero una escucha al primer tema del disco, «Monarchy of Roses», nos sirve para darnos cuenta que la elección ha sido totalmente continuista. Por algo Josh ha sido compañero de gira de la banda desde «Californication» e incluso ha colaborado en todo el reciente trabajo en solitario de Frusciante. Solventado ese escollo nos quedaba sólo enfocarnos en las canciones, que por otro lado no iban a tener el revulsivo de otros fichajes estelares como el de Dave Navarro.
Algo que vemos en todos los temas es cierta pérdida de pegada en el sonido de batería de Chad en beneplácito de otras formas de percusión añadidas, ya sean africanas en «Ethiopia» o sampleadas en «Factory of Faith» y «The Adventures of Rain Dance Maggie». Aunque si tenemos que ponernos dramáticos son otros añadidos los que verdaderamente logran lastras el largo minutaje del disco: la carga demasiado pop vacía de la propia «The Adventures of Rain Dance Maggie», el medio tiempo acústico más inofensivo de su carrera en «Police Station», un piano y un aire cabaretero que no les pega nada en «Hapiness Loves Company» pero sobre todo un Anthony Kiedis empeñado en cantar y en perder toda la fuerza que ha demostrado a lo largo de los años.
Si en «Stadium Arcadium» hablábamos de haber sido lastrados por incluir algunas de las peores canciones de sus últimos años junto algunas de las mejores, «I’m with You» no deja de ser eso pero llevado menos al extremo. Al menos, no encontramos piezas tan redondas como la funky «Hump de Bump» o la emotiva «Wet Sand», aunque hay que destacar sobre todas «Ethiopia», «Look Around» (a pesar de las molestas palmas) y «Factory of Faith» en el terreno más intrépido y las perfectas melodías de «Did I Let You Know» y «Brendan’s Death Song» para los terrenos más pop.
Al menos celebramos que una banda tan importante para la música moderna siga viva como conjunto, aunque su trayectoria desde «By The Way» hasta este momento sea muy fácil de obviar.