Un vídeo de Sergio y Luciana, Pegasvs, tocando en directo “El final de la noche” en los sótanos de Canada fue suficiente para dar pie al hype. Sobre un afán total de minimalisto y escueto presupuesto, la melodía de semejante hit se impuso y, junto a la de nuevos temas que iban apareciendo en su SoundCloud, hizo que la expectación se convirtiera en máxima, como pocas veces sucede ante el debut de un grupo nacional.
Ya con el disco sonando desde hace unas semanas, podemos decir que la espera a merecido la pena. Los también Thelemáticos le han dado un pequeño vuelco a la exagerada fijación sobre todo lo que suene a ‘kraut’ dentro de un gran ámbito de la música independiente actual, al abandonar los pasajes más experimentales y progresivos y acercarse con acierto al pop de forma brillante; pero manteniendo siempre ciertos formalismos del género, sobre todo en cuanto a repetición y monotonía rítmica.
De hecho, los nueve temas que componen el álbum no es que parezcan distintos acercamientos a una forma de componer y crear canciones, sino que parecen oscilar en torno a una misma estructura. Ya que, ¿acaso no siguen los mismos parámetros “Brillar”, “La melodía del afilador” o “Atlántico”?, esto es: motorik sonando a todo trapo casi todo el rato, sencillas y reconocibles líneas de sintetizador, ruido blanco y uso de cacharrería analógica, distantes voces y frías letras…
Eso sí, la pareja es suficientemente hábil como para conseguir la distinción dentro de su obsesivo discurso, sobre todo en las canciones antes mencionadas: las mejores del lote y las primeras que aparecieron en su SoundCloud aún en versión maquetera. Tal es su nivel de excelencia que quizá el resto no alcance un nivel similar; incluso puede acusarse que «Hasta el horizonte» sea más que un claro guiño a Neu! o Silver Apples, o que «Sobre las olas» parezca una versión alternativa de «Atlántico» (la mención al océano no puede ser más obvia).
Pero en general, ‘Pegasvs’ es un debut triunfante; pocas veces encontramos tantos hits potenciales en un trabajo primerizo y la calidad media no baja de buena en ningún momento. Diría que con justicia merecen ser tan demandados por los festivales estivales esta temporada. Así que el que se trate de un proyecto pasajero que aproveche una cierta coyuntura, o que tenga visos de continuidad, ya se verá.
