Tras iniciar su periplo (comercial) con el rap-metal melódico de Infest y cambiar radicalmente en pos de tendencias hardcore en Lovehatetragedy, cambio que los fundamentalistas del numetal nunca perdonaron, Papa Roach regresan para intentar labrarse la imagen de banda honesta con el más rockero Getting Away With Murder, desafortunado título que coincidiendo en el mismo año del lanzamiento de lo último de Incubus, palidece a su lado. Esta nueva colección de canciones sigue la evolución lógica planteada en su entrega previa y en este sentido la carencia de rapeados es total a la par que la banda apuesta por un sonido más maduro, a medio camino entre el hard rock y el AOR alternativo.
Aún así, siguen siendo reconocibles, como se puede apreciar en Not Listening, una canción cercana por momentos al sonido melódico de Foo Fighters pero jugando en el borde que los sigue acercando al metal alternativo con un riff y estructura que recuerdan a su gran hit, Last Resort, aunque con total ausencia de hip-hop, claro. Por otra parte los Papa Roach de 2004 juegan con los parámetros que acercan el rock alternativo a los elementos del punk melódico y el hardcore, aunque incorporando riffs más rockeros que los de su pasado. Así lo evidencian temas como Blood (Empty Promises) o Stop Looking Start Seen.
Un sonido pues, más americano y tradicional dentro de lo que cabe. Algo que se nota más en los momentos reposados. Scars es la balada del disco, la que será segundo single y la que hará de este disco un superventas. Su estilo, pop-rock americano del que los mayores valedores actuales pueden ser Matchbox 20 y es que aqui incluso Jacoby Shadixx podría pasar por Rob Thomas. Al margen de todo esto, una canción conseguida, con las suficientes partes y cambios de tercio para no caer en el simplismo. Sometimes no acaba por ser una lenta, pero si un tema de rock con mucho sentimiento y melancolía, de nuevo en esa línea apta para estaciones de radio.
Por singles no será. Estribillos facilones pero ojo, excelentemente facturados los encontramos a puñados. Un gran ejemplo es Take Me, con una línea melódica irresistible tanto en las estrofas como en el estribillo. Tan comercial que recuerda a Lenny Kravitz, en cuanto a que recoge ese sonido de pop-rock accesible y lo endurece lo justo para no caer en lo empalagoso de bandas tipo Nickelback. Otro punto álgido es Do Or Die, que cierra el disco de forma magistral, tal vez el estribillo que se lleve la palma de todo el disco, lo cual tiene su mérito. Algo así como el Binge de Infest en cuanto a capacidad de adhesión.
Hablando de las guitarras más crudas, el acercamiento al hard-rock se puede ver en cortes como Be Free, un tema con mucha actitud que supone un guiño a bandas rocosas pero accesibles como Monster Magnet con ese ritmo tan marcado y esos riffs clásicos. Más resultones resultan los que pueblan Blanket of Fear, donde juegan con la repetición llegando a sugerir un cierto acercamiento por ese lado a las bandas de stoner, tal vez una estrategia para demostrar autenticidad.
Un servidor ha encontrado en este disco lo que esperaba. Un disco más que agradable de escuchar, con una producción impecable, unos estribillos pegadizos y que termina en un suspiro. Jamás encabezarán una revolución, pero eso ya lo hacen otros en su lugar. Para la banda no deja de ser otro paso adelante desde el punto de vista de la coherencia y la capacidad de remontar con este nuevo disco, más amable que Lovehatetragedy, su caída de ventas respecto a Infest.