/Reseñas///

Oso – Sealand

Oso - Sealand portada
Bcore Disc, 2012
Productor: Mario Patiño y Edgar Beltri
Banda: Rafa Rodríguez (Voz-Guitarra), Víctor Jiménez (Bajo-Coros), Xavier Janer (Batería- Coros), Ignasi Carrer (Saxo), Natalia Escaño (Teclados) y Mario Patiño (Guitarra).

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8.2

Surgidos a partir de las entrañas de las bandas barcelonesas Her Only Presence y Puerto Esperanza, Rafa (Voz, guitarra y teclados), Víctor (Bajo y coros), y Xava (Baterías, percusión y teclados), ya avisaron con el EP «Songs about God» que lo que se traían entre manos era muy diferente a lo expuesto en sus bandas anteriores (Rafa y Víctor también fueron compañeros en Tetsuo), pero que en calidad su propuesta no iba a perder  lo más mínimo. Ahora apoyados por Ignasi Carrer (Puerto Esperanza), Natalia Escaño (Segunda Apnea) y Mario Patiño (Caroline), y contando en ocasiones con la colaboración del multi-instrumentista Dani Campos (Llumia), la banda se nos presenta con una puesta de largo que me apostaría a decir que los va poner en boca de mucha, mucha, gente.

Pero vayamos por partes. Lo primero que destacaría de “Sealand” es su diversidad y su capacidad de integrar varias de las influencias de estos músicos en unas canciones que supuran carácter, energía, y delicadeza en las proporciones justas y necesarias. Este debut suena a todo ese folk-pop de esencia indie que tan de moda ha estado en el último lustro, pero a su vez no deja de lado influencias de las que les han rodeado durante años, como el caso del rock emotivo de pura escuela noventera. Así, tenemos piezas más centradas en sonidos semi-acústicos como la inicial “Hide and Seek”, en la que Damien Rice o Alexi Murdoch sobrevuelan la escena, y a la que los preciosos arreglos de cuerda elevan a otra categoría;  o como “Superman’s Last Words”, en el mismo tono de pop campestre que tanto nos puede recordar a Sufjan Stevens por su sutileza, como a The Decemberists por sus encantadores coros femeninos.

Sin embargo será pasar a la tercera pieza y ya empezamos a ver cambios, o mejor dicho, nuevas sumas para la propuesta. Y es que como si ya estuviesen echando de menos sus pedales, en “Mountains” los recuperan para no volver a separarse de ellos durante un buen rato, y será esta estremecedora mezcla de folk, distorsión, y atrevimiento, la que hará que la influencia de unos  Madee época-”L’ Antarctica”, haga aparición para quedarse en varias piezas del álbum. “The Walking Dead” sigue la tónica, y hace que no nos cueste mucho imaginar a Ramón Rodríguez sonriendo de oreja a oreja si hubiese sido el compositor de este bonito vals. ¿Y qué decir de “Montauk”? Solo tenéis que escucharla para saber de lo que hablo… Con un sonido exquisito de guitarras fronterizas que solo los Calexico menos Tex-Mex saben hacer, sobrepasamos el ecuador de un disco que ya a estas alturas va confirmando todo lo bueno que de él se podía esperar.

Pero hay más. “Adrift” crece y crece desde el folk intimista hasta el buen hacer emo, y nos remata con un final muy cercano a los  Radiohead de “The Bends”, o en su versión nacional, a los Vetusta Morla del primer disco. Marcados por la intensidad de la parte central del Lp, “Barbazul” nos da un respiro con su animado country-rock, pero es soltarnos un poco la melena y ya vuelven a la carga con otra pieza de poderoso sabor emo como es “The Day I Met Neptune”. Intensidad y emoción que en el tema final, “The End Of Whales, se vuelven a aliar con la mejor música de raíces para decirnos adiós en otra pieza maestra del estilo de un Iron & Wine, o un Bon Iver algo más enérgico de lo habitual. A ritmo de palmas y voces interpretadas por un nutrido y sentido coro, nos vamos “con las ballenas” hacia el final de un disco que, desde ya lo digo, aspira a ser de lo mejor del año en lo que a producción patria se refiere.

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1 de enero de 2012