/Reseñas///

Ol’ Dirty Bastard – Osirus

Ol' Dirty Bastard - Osirus portada
Sure Shot, 2005
Productor: Varios
Banda: Ol' Dirty Bastard

Géneros:

8.2

Nos encontramos ante la obra póstuma de uno de los MCs más innovadores de los últimos tiempos. Miembro fundador de los influyentes Wu Tang Clan, Russell Tyrone Jones murió el sábado 15 de diciembre de 2004 de causa desconocida. Un mes después, su madre, Cherry Jones y su manager Jarred Weisfeld decidieron montar juntos el sello JC Records (Jarred Cherry) para editar Osirus, lo que venían a ser las canciones del próximo disco que ODB tenía pensado editar.

Old Dirty Bastard era un compositor compulsivo, así que no es de extrañar que se encontrase en un estudio de grabación cuando llegó su hora. Dejó tras de sí una ingente cantidad de grabaciones, 19 de las cuales se han rescatado para este lanzamiento postumo. Lo dejó acabado, así que la fecha de publicación no se demoró mucho tras su muerte, cumpliendo el deseo del artista. Se llama Osirus, como el dios de la muerte egipcio, dado que era uno de los muchos alias del MC (como Dirt McGirt o Big Baby Jesus).

El primer single elegido es Pop Shots (Wu Tang), donde reivindica su pertenencia al «clan» demostrando rudeza y firmeza en su flow y amparado por todo un Dj Premier (Gang Starr). El disco es todo un alarde de fusión bien hecha que hasta los puristas debieran ver con buenos ojos. Así no nos extrañamos al escuchar en Dirty Dirty como rapea junto a Rymefest utilizando una base de swing de Mark Ranson, que resulta en un rap con sentimiento de raíz rock&roll. O acto seguido Go Go Go donde Chops hace uso de una electrónica muy básica y sintética.

El productor K-Def se sale en algunos de sus temas como la sobria y oscura Who Can Make It Happen Like Dirt? o High in the clouds, envuelta en pianos que dan al hip-hop incisivo de ODB y Black Rob un sabor jazzie. En P*ssy Keep Calling, ODB nos habla de sexo con un flow ralentizado y una base de graves percusiones cercanas a veces al dub y al soul. Y también K Def produce el cierre del disco (antes de los 4 bonus tracks) que es F*ck Y’all, con sus ráfagas de música disco.

Hablemos de colaboraciones. Pasarán a la historia por aparecer en el disco póstumo de Old Dirty Bastard, MCs como Royal Flush en la beligerante If You´ll Want War, Killer Mike en Down South que vuelve a hacer gala de elegancia con sonidos de trombones, Baby Sham en una onda rockera y chirriante muy al estilo Cypress Hill, aparte de los mentados Rymefest y Black Rob. Un honor para todos ellos, que duda cabe y tal vez el trampolín para los más anónimos.

Es pues Osirus una demostración de fuerza, fiesta y libertad. Así, lo mismo tenemos números tan dispares como Dirty Run donde se pone tan funky que nos llega a recordar a los primeros Red Hot Chili Peppers, Stand Up, un rap de ánimo a la ciudad de New York, positivo, visceral y desesperado o Don´t Stop Ma (Out of Control) donde Chops vuelve a inundar de ritmos rápidos. Mención aparte merecen los ejercicios de beatboxing de Rahzel, el rey del género, que se despacha a gusto con dos skits portentosos y más perfectos que los que salen de los platos.

El disco finaliza con tres «bonus cuts» más otro en la edición europea. Por este orden son: Move Back, con un estribillo aterciopelado y un sofisticado ambiente gélido y extraño que contribuyen a crear Drag On, Jae Mills, Cardan y The Lenos Ave. Boys, además del productor Dame Grease; Fire, que vuelve a tener ese punto de histeria rockanrollera en esta versión gritona y caótica; un remix de Pop Shots a cargo Clinton Sparks que la arropa con gaitas y trombones y la hace más bailonga, sincopada y latina; Y, por último, en la edición europea Straight From Lockdown Stand Up Alt Version, hip hop de base constante y ritmo monótono aunque con una base de bajo muy buena.

Todo buen fan del Wu Tang Clan o de la carrera del rapero neoyorkino en solitario debería hacerse con este disco. Y en general cualquier persona que escuche hip-hop de calidad. Otro icono con mayúsculas del hip-hop que cae en un terreno donde los mejores parecen destinados a morir jóvenes. Russell Jones tenía sólo 35 años. Los aficionados al género saben que se ha perdido mucho talento con esta muerte, pero tal vez Osirus pueda levantarles el ánimo.

Contenido relacionado

No se han encontrado entradas.
1 de enero de 2005