¿Alguien daba algo por New Order en pleno 2015? La banda que volviera con cierto gancho en 2001 con «Get Ready» tras pasarse los noventa fragmentada entre proyectos paralelos de distinta valía y trascendencia fue perdiendo fuelle tras su continuación «Waiting for the Siren’s Call», la marcha de Peter Hook y el insulso (y justamente olvidado) disco de los Bad Lieutenant de Bernard Sumner. La aparición del álbum de descartes «Lost Sirens» hace un par de años no hacía más que reforzar la impresión de que se daba por finiquitada a una banda que hacía ya demasiados años que no entregaba nada realmente excitante.
Pero parece que la adversidad ha jugado a favor de Sumner y Stephen Morris, ya que «Music Complete» es, digámoslo con rotundidad, su mejor álbum desde el lejano «Technique» de 1989. ¿Hay que adjudicarle este regreso de la inspiración a un esfuerzo de la pareja? ¿Quizá a la vuelta de Gillian Gilbert? ¿Habría que culpar a los productores estrella Stuart Price y Tom Rowlands (The Chemical Brothers)? ¿A la implicación de Daniel Miller? ¿O tendrá que ver la cada vez mayor presencia de Phil Cunningham y Tom Chapman? Probablemente un poco de todo.
En todo caso, lo cierto es que este trabajo es un triunfo desde lo (maravillosamente) conocido. La banda ha jugado sabiamente sus cartas sin salirse demasiado de su zona de confort, más allá de momentos puntuales como el recitado de Iggy Pop en «Stray Dog», y ha conseguido crear un disco a la altura de su legado; con gloriosas líneas de sintetizadores y la dulce voz de Bernard dominando el cotarro sobre el característico colchón de guitarras, destacando un puñado de temas que pueden pasar perfectamente a formar parte de su inigualable repertorio de clásicos.
Y quizá esto sea lo que más sorprenda. Porque si bien era de ilusos esperar nuevas «Blue Monday», «Temptation» o «Bizarre Love Triangle», también lo era encontrarse con hits que no les van demasiado a la zaga como «Academic», la muy Moroder «Plastic» o la italo «Tutti Frutti» con coros de La Roux. Por no hablar de deliciosos (e inesperados a estas alturas) guiños a Joy Division como son «Nothing But a Fool» o el comienzo de «Singularity».
Estos homenajes a su primera encarnación acentúan la impresión de que New Order han querido mirar atrás y dar un repaso emocional a su carrera. Pero también la posibilidad de que este «Music Complete» (¿título profético?) sea un canto de cisne con el que la banda quiera dar cierre a treinta y cinco años influyente carrera. ¿Habrá que tomarse en serio los «it’s over» de Brandon Flowers en la preciosa «Superheated» que cierra el álbum? Supongo que pronto lo sabremos, pero dado el caso nos habremos dado el lujo de haber sido testigos de un nuevo gran disco de New Order. Que no es poco.
