My Little Cheap Dictaphone es el proyecto de Redboy, una de las mentes musicales más activas del panorama underground belga. Junto a Xavier Guinotte y Jerome Compere ha conseguido plasmar este segundo disco que juega entre el folk-rock y el pop indie. Su variedad instrumental va desde los clásicos guitarra, bajo y batería hasta el banjo, el piano, los teclados, el hammond y puntualmente trombón, cello, etc. Vamos, que el proyecto no se cierra a nada, acústico, eléctrico, a la hora de plasmar las canciones como están en la cabeza de Redboy.
El disco empieza con melodías de altura tanto en «Devil» como en «At the Other End of Love» mostrando una cara más pop-rock y menos folk de lo esperado por la portada. Y sobre todo más altisonante de lo esperado, ya que son canciones con mordiente, de rock contenido pero con rabia. «Upside Down» si muestra más es faceta folkie en la guitarra, pero la estructura de la canción bebe del rock, pese a reconciliarse en un estribillo más clásico. Sin embargo sus influencias están más cerca de lo moderno, de Wilco, de Bright Eyes, de Daniel Johnston, Andrew Bird, los Smiths o Bonnie Prince Billy.
Y es que hay momentos donde el folk es realmente expreso, como en la animada «Put a Smile upon your face» o en «Last Night Country Saved My Life», cuyo título dice todo. Y sin embargo queda en entredicha la filiación tradicional con temas como la fresca «Cha Cha» decididamente poppie pero guitarrera, que incluso recuerda a la segunda época de Blur.
«Small Town Boy» recoge un equilibrio más que interesante. Sus canciones ni se regodean en el clasicismo ni por otro lado, se pierden en el afán de innovar ni en el maremágnum de estilos fusionados que suele dar como resultado este tipo de ejercicios. Todo aquí suena coherente y amantes tanto del indie como del folk-rock podrán apreciarlo aquí gracias a la distribución de Pupilo Records.