Parece que el haber alcanzado la mediana edad le está sentando bastante bien al bueno de Morrissey. Si a mediados de los noventa lo veíamos perdido en discos, como mucho, correctos como “Southpaw Grammar” y “Maladjusted”, con el nuevo milenio inglés pareció recobrar la fuerza y elocuencia con el notable “You Are the Quarry” (su disco más vendido hasta la fecha) y su continuación “Ringleaders of the Tormentors”, a los que sigue este “Years of Refusal” que continúa sin separarse de la certera línea que ha trazado para su carrera en los últimos cinco años.
Apartándose un tanto de la pomposidad de su predecesor, este noveno álbum sorprende por mostrarnos al Morrissey más enérgico desde principios de los noventa, llegando a ser incluso uno de los discos más ‘rockeros’ de su carrera. Supongo que parte de culpa la tendrá el productor Jerry Finn, en cuyo currículum encontramos a bandas como Blink-182, Green Day, Bad Religión y otras. Bandas de punk con alto contenido melódico, sí, pero que quizá muchas de ellas no habrían triunfado en su campo sin haberse escuchado los discos de los Smiths, tan reivindicados por la escena americana últimamente.
No es una obra maestra, tampoco un disco excelente. No hay ninguna ‘Everyday Is Like Sunday’, ni siquiera una ‘First of the Gang to Die’, pero este ‘Years of Refusal’ sigue siendo un disco digno de quien es: ciertamente uno de los artistas más influyentes de la historia en esto de la música. Y esto último se reconoce en pequeños matices aquí y allá, escondidos en esta nada desdeñable colección de temas de pop-rock con sabor a clásico, pero que tampoco desentonan entre discos de otros artistas que discurren por caminos parecidos en la actualidad, y de los que es maestro en gran parte.
Así que, no diremos que es su mejor disco desde ‘Vauxhall and I’. Porque no sería verdad, y porque realmente no hace falta.