Manic Street Preachers fue siempre una banda de difícil ubicación. En sus comienzos eran demasiado glam para ser punks y luego demasiado pop para ser metidos en el pelotón del rock alternativo, no encajando tampoco en el universo del brit-pop noventero. Por eso, este nuevo disco, ya el …. en su carrera tiene todas las papeletas para pasar desapercibido. Por eso y porque tras su ascenso comercial y posterior descenso cualitativo (llamadlo prejuicios) para la mayoría dejaron de ser un grupo de primera división o incluso de segunda, quedando en el extraño limbo de bandas que acarician el éxito masivo y no logran mantenerlo ni reeditar su antigua credibilidad.
Por tanto está caro el reto que suponía «Send Away The Tigers», rescatar a la banda de un olvido en que «Know Your Enemy» y «Lifeblood» les habían dejado. Así comienzan a intentarlo más que hacerlo con el correcto pop de «Send Away The Tigers» y su justa grandilocuencia en forma de solos de guitarras o con el nervio rockero que no acaba de explotar en «Underdogs». Lo logran a la tercera con «Your Love Alone Is Not Enough», pretendido single junto a Nina Persson (The Cardigans) y curiosa alianza de dos grupos que se mueven en la cuerda floja del mainstream pero que nunca han abandonado cierto buen gusto. El resultado pasa con buena nota gracias a la conjunción de dos bonitas voces que encajan a la perfección y de una impecable integración de guitarras y orquestación.
Pero sobre todo muchos ecos del pasado que cualquier viejo fan sabrá reconocer. Que si un poco de «A Design For Life» por aquí, que si otro poco de «Everything Must Go» por allá… Lo mejor del tema es que la banda ha sabido reconocer que ha tenido que escuchar sus antiguos discos para ponerse las pilas de nuevo, lección de humildad para muchos. Cierran el asunto con un guiño más al arena-rock de Queen en «Winterlovers» antes de recrear de forma directa el «Working Class Hero» de John Lennon.
Está claro que no están en su punto álgido de inspiración pero han remontado unos cuantos peldaños y siguen cumpliendo a la hora de combinar la garra del rock y la ligereza del pop con cierto tono épico. Puede que añoremos épocas de la banda que parecen muy lejanas pero finalmente el sabor sigue siendo placentero. Cuanto menos dejan el listón lo suficientemente alto para que esperemos más de su próximo disco que de uno de U2.