Es curioso lo de fliparse tanto con un grupo como estos portugueses en directo, hacerse con el disco en la propia sala y al final ponerselo en casita y decepcionarse.
La potencia de «Farewell Chewbacca» a la batería y su perfecta unión con la guitarra son ejemplos de momentos algídos, así como una brasileira percusión en «Hot Flamingos Pink Pelican», pero por contra los tics se repiten demasiado en cuanto a las composiciones cayendo en una linealidad absoluta.
Necesitan un repertorio algo más acorde a estudio, puesto queda demostradísima su solvencia como ejecutores encima de un escenario. Esperaremos que esto sea el principio de un movimiento de la banda hacía un sonido de estudio que no deje de lado su habitual cara en directo.