Loan son una de las apuestas más firmes del panorama euskaldun donde hard-rock y metal confluyen en un estallido de post-metal, stoner, etc. En cierto modo, seguidores de la senda de grupos que van desde Lisabö a Neila en lo euskaldun y desde Black Sabbath a Pelican, Moho o Soundgarden en lo foráneo. Este primer largo es la tercera apuesta de Odio Sonoro y no desentona con el camino tomado por el sello, de metal actual que mira a los 70 (Positiva, Rhino).
La primera diferencia y la más obvia es el idioma. Loan lucen orgullosamente un euskera que demuestra ajustarse como anillo al dedo a canciones que oscilan entre lo tortuoso y lo progresivo, una dualidad vista desde «Kobazuloan Saiakerak» (la canción). 9 minutos que dan para un amplio recorrido con pinceladas de los grupos citados y más, donde los motivos «post» conviven con la psicodelia de las guitarras setenteras.
La voz entra en «Orbainak Lepoan» y se nota en este sentido la necesaria influencia que Dut ha ejercido sobre el panorama euskaldun a la hora de crear melodías repletas de ruido y obsesión nerviosa. Como aquellos, este trío sabe dominar sus instrumentos con prodigiosa técnica y obtener un resultado excitante, siendo de especial mención la labor del guitarrista, que aporta tremendos solos que no juegan a destacar en contra de la canción global, como sucede en otras ocasiones.
Poco que comentar, salvo que «Barne Edoila» es un gigante que crece de la psicodelia a la distorsión, que el ineludible momento acústico lo pone «…», que en «Infernuan Da Abesbatza» comienzan arrollando como High On Fire y terminan entre épicos ambientes marcados por rotundos riffs al más puro estilo Black Sabbath o que en la notablemente más progresiva «Trena Badoa», inevitables son nombres como Isis o Cult of Luna con choques de noise diabólico y en cuyo final se nota clara la influencia de John Frusciante.
La forma en que Loan son capaces de hacer chocar las trazas del metal más «hardcorizado» y marciano con el espíritu del rock & roll clásico (vease «Express Bahiketa») hace de este un disco valioso hasta el post-metal a lo Pelican de «Amodio-Gorroto Kumeak». Un debut en largo que cierran con corte instrumental en clave más tradicionalista y del que pueden sentirse orgullosos, ya que desvela un potencial mucho mayor del reflejado en su maqueta.
