Loan son, pese a su trayectoria no muy extensa, una de las bandas de metal más importantes de Euskadi. De la península yo diría, ya que forman parte de un movimiento compacto aunque diverso del que sólo se me ocurren Moho o Viaje a 800 que estén por encima, sirva de paso para ilustrar como ninguno se dedica precisamente al mismo rollo. Sus directos no fallan y su debut, «Kobazuloan Saiakerak» fue una estupenda muestra de la amplitud de sus sonoridades, desde el sludge al rock progresivo o el post-metal pasando por el stoner y algún que otro grungismo de raíz dura o sureña.
Aquí están ya con «Hontziria», del cual he de decir que las primeras escuchas me trajeron una sensación decepcionante. La banda había creado deliberadamente un segundo disco más insondable, negro y agónico, liberándose casi por completo de los toques de color psicodélico y la progresividad del primero. Afortunadamente escuchas más íntimas han dado la razón a este tratado de cabezonería metálica primigenia. Y esa razón reside sobre todo en una palabra, hipnotismo.
Hontziria cuenta con sólo 6 temas y tan sólo uno se encuentra bajo la barrera de los 7 minutos. este es concretamente «Primateen Erasoak Darrai», que se mueve por las lindes del sonido Motörhead/High On Fire. Es una rara avis no en cuanto a sonido, sino en cuanto a velocidad dentro del disco, como antes nos habían mostrado los cadenciosos y ondulantes compases de rock sabbathico de «Formol Egoeran» y el absoluto trance de la gloriosa «Niagara».
Aparte de esta inmersión en los sonidos y los tempos más doom, hay que destacar algo más para quienes ya escucharan su debut. Y es que la voz esta vez se encuentra diabólicamente filtrada, con ecos y reverbs, dándole a su música un extra de irrealidad que podría ser saturante si no fuera porque la voz no hace demasiada presencia tampoco. Eso sí, ni el más puesto de los euskaldunes lo tendrá fácil para descifrar sus letras ahora.
Y es que estas no son composiciones para definir sino para sentir y dejarse llevar y casi sentir que los seis temas son sólo uno. Uno que explorar las enseñanzas de los primeros Black Sabbath de una forma que los maestros podrían estar más que orgullosos. Un muro sónico cimentado de forma aplastante con bajo y batería, solidificado por los riffs y adornado con alguna que otra floritura guitarrística, nunca gratuita. Y así, con otro tono funeral propio de los mismos Earth u Orthodox comienza «Lur Santua, Lur Odoltsua» entre el drone sin esperanza y el post-rock desangelado.
Con «Hontziria» Loan protagonizan un ejercicio de contención, tal vez haciendo uso del refrán de quién mucho abarca poco aprieta han reducido su espectro para crear un disco denso y demoledor, adjetivos que ya se les aplicaban antes pero que han subido unos cuantos grados. Lo mejor visto lo visto es que tienen lugares por donde crecer y sendas por las que hacer sus riffs reptar.
