Ya sabemos como son los artistas con algo de fama, haciendo lo que les da la gana siempre y resolviendo cualquier capricho que surja. En este caso, el guaperas de Evan Dando ha decidió volver a grabar un nuevo disco bajo el nombre de The Lemonheads. Para ello además reclutó inteligentemente a dos miembros de The Descendents como son Bill Stevenson a la batería y Karl Alvarez al bajo.
Con este panorama, no se puede esperar un mal sonido del disco y la verdad que es mas o menos lo que todos podríamos esperar de la unión. Un disco plagado de melodías de esas que sólo un grande como Evan Dando sabe crear junto a una base rítmica que simplemente está donde tiene que estar. Así lo demuestra la inicial «Black Gown» o el single «Become The Enemy».
Por contra al disco le pesa mucho un nombre tan característico como el de The Lemonheads, que se aleja bastante en calidad a lo que nos brinda este disco homónimo. Aunque el disco dure apenas 34 minutos y se oiga de manera bastante agradable, si que hay momentos como el intento de country-pop «Poughkeepsie» o la lenta «Baby’s Home» en que el aburrimiento se empieza a ver venir demasiado cerca ya.
Un disco agradable, pero que tampoco supone nada interesante en la carrera de The Lemonheads. Si acaso el poder ver en directo esta nueva propuesta, y tampoco es que se prodigue mucho… Así que nos quedamos con eso, un disco bastante bonito, simple y fácil de escuchar, pero que no va a quedar en los anales de la historia (ni en la historia de la banda).
