A estas alturas los chicos de Lecciones de Vuelo deben tener claro en que tópicos van a tener que escuchar con este EP de presentación grabado en su propio local de ensayo, incluyendo hacer símiles sobre aviación en todas sus reseñas y sobre todo una influencia fácilmente reconocible de bandas cómo Yo La Tengo o Los Planetas en su sonido.
Es evidente que lo que estos chicos han utilizado para nutrir esta muestra de seis temas está claramente influenciado por el indie noventero de bandas únicas como los propios granadinos («La Última en la Frente») o de propuestas algo más experimentales como podrían ser Migala («Vueltas»). Igualmente habría que hablar de otras muchas bandas de aquí cómo podrían ser El Niño Gusano, pero quizás es más un sonido cercano a The Rentals, Teenage Fanclub, Yo La Tengo o hasta propuestas más ruidosas cómo la del shoegaze de My Bloody Valentine son los que marcan la diferencia en un sonido a priori ya manido.
Por ejemplo el peso de los sintetizadores de Piyi llevan en muchos casos el peso de las canciones («Ayer») marcando la diferencia entre ese sonido a priori poco novedoso. Del mismo modo las guitarras hacen algo así tirando de una demarcación más cercana al rock algo más tradicional («La Noche de las Luciérnagas»).
De lo poco que se mantiene uniforme es una buena labor melódica en todas y cada una de las canciones, con especial hincapié en la power pop «Todo es Mentira», a medio camino entre los Teenage Fanclub más vitalistas y los Redd Kross menos ñoños. Probablemente la voz de Drugo no sea nada espectacular, pero dota de mucha personalidad a la banda, a pesar de los habituales recuerdos a los clásicos del indie patrio anteriormente mencionados.
Un debut con un sonido pulido y sencillo que demuestra que hoy en día todos pueden hacer un buen trabajo en casa, siempre que haya buenas ideas… Si queréis probar el EP, podéis descargarlo gratuitamente en su Bandcamp para poder disfrutar en su próximo concierto de presentación en Diciembre en la sala Siroco de Madrid.
Y no, ya he prometido que no voy a hacer ninguna metáfora final sobre aviones, despegues o cinturones, aunque se nos ocurran muchas.
