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Kim Gordon – The Collective

kim gordon - the collective-Cover-Art
Matador, 2024
Productor: Justin Raisen, Anthony Paul Lopez, Kim Gordon
Banda: Kim Gordon

Géneros: , , ,

8.4

Kim Gordon fue parte imprescindible de una de las bandas más fundamentales del underground y la cultura pop que floreció en los 80 y los 90. Pero de alguna forma, pese a su más que evidente impronta y presencia escénica, siempre quedó un poco a la sombra de su entonces marido Thurston Moore. La ruptura de la banda ha propiciado que Gordon florezca y, saliéndose del corsé de las guitarras de sus compañeros, esté afrontando los mayores riesgos artísticos.

No es que sorprenda la afiliación de Gordon a un noise más extremo que las pinceladas que incorporaban los discos de su banda, ya que esta faceta la cultivaban tanto Sonic Youth en sus diferentes aventuras al margen de la discografía oficial como ella en solitario. Pero si «No Home Record» llamó la atención por adoptar un rango de sonidos contemporáneos, beats urbanos y maquinitas industriales que sustituían a las guitarras, «The Collective» es un gran salto a la hora de alcanzar el objetivo más legítimo para una artista septuagenaria: seguir siendo relevante.

A menudo famosa por ser la cara punk en Sonic Youth, Gordon ya no chilla, prefiere recitar con poso alienado o incluso recurrir al (muy puntual) autotune. Es difícil que lo que hace aquí pueda considerarse rapear, pero también es innegable que rap (o trap) industrial es la asociación automática al escuchar la impactante «BYE BYE», que abre el disco enumerando todas las cosas que comprar y preparar antes de emprender un viaje. Al escuchar «The Candy House» resulta sobrecogedor los pocos grados de separación que puede haber entre lo que hace Kim Gordon y lo que pueda hacer un chaval de 20 años. Kim se ha puesto el gorro de Jimbo, pero con una convicción tal que nadie pensaría que este es el sonido de una artista de la tercera edad que tuvo su época dorada en los tiempos en que Nirvana eran la banda del momento y no la camiseta vintage del momento.

¿Entonces, es este un disco urbano o de electrónica? Depende, en «I Don’t Miss My Mind» un riff de guitarra ruge quejicoso como en los sueños de Kevin Shields. «Tree House» bien podría ser una colaboración perdida de Sonic Youth con Godflesh y «The Believers» es básicamente rock gótico industrial y droneante. Por su parte, el groove de «I’m a Man» nos hace pensar en una contemporaneización del trip-hop. Y, aunque Gordon nunca nos quiere mostrar lo bello o lo apacible (es quizá «Psychedelic Orgasm» con esa alienígena mezcla de shoegaze y drum n bass lo más desestresante para nuestros oídos), resulta obvio que todos los paisajes hostiles que nos dibuja tienen una vía de escape hipnótica.

«The Collective» es un disco cautivador que no ofrece una escucha fácil, pero tampoco utiliza la artimaña noise de abrumar al oyente. Es, en cierto modo, el testimonio vital de una mujer a la que nunca le ha importado lo que se espere de ella, pero sumado al sudacoñismo propio de la edad. Quien sea capaz de dejarse llevar y entrar en el loop disfrutará de lo mucho que aún tiene que ofrecer una artista, por qué no, en su mejor momento.

 

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16 de octubre de 2024