How to Destroy Angels, como ya sabrá todo el mundo a estas alturas, es el nuevo proyecto musical de Trent Reznor junto a su esposa Mariqueen Maandig y al habitual Atticus Ross. Tras un 2009 de completa sequía discográfica y el anuncio de que NIN desaparecería por un tiempo, comenzábamos a temernos que los largos tiempos de espera entre álbum y álbum volviesen a ser lo común, tras cuatro años de frenética actividad en los que sacó otros tantos discos, con una cima clara en el paranoico Year Zero.
Por suerte, a principios de año nos anunciaba que volvía a la actividad, aunque con nuevo nombre, grupo y EP bajo el brazo. No se trataba a priori de un proyecto tan monopersonal como NIN en el estudio, pero es de suponer que, de todas formas, Reznor sigue siendo el mandamás a la hora de componer y dirigir la música, delegando en Maandig las voces como gran novedad, y en Ross el manejo de todo tipo de aparatitos a la hora de grabar.
A pesar de tomar el nombre de un primerizo single de la influyente banda industrial Coil, How to Destroy Angels no es ni mucho menos una especie de revival de la primera oleada industrial. La música del trío es similar a la de los momentos más ambientales y pop de los últimos álbumes de NIN, potenciado sobretado por la dulce voz de la cantante.
Esto queda patente en el tema de apertura del EP, The Space in Between, amenazadora composición de tenebrosa atmósfera que nos llega a recordar a los Portishead de Third en su empeño por unir sonoridad industrial con trip-hop. Una de las mejores canciones del conjunto, sin duda. Más clásica y propia de NIN es Parasite, con las típicas baterías secuenciadas y guitarras tratadas de por medio, pero que con la contribución de Mariqueen puede llegar a recordardos más a Curve que a su referencia más obvia.
Fur Lined es el tema más descaradamente pop del conjunto. Un tema casi bailable que no hubiese desentonado para nada en The Slip, y que incluso podria pasar por una versión remozada de Discipline. Las cosas vuelven a ponerse oscuras con BBB, una especie de frío medio tiempo post-industrial basado en la repeticion de las palabras ‘listen to the sound of my big black boots’ y que contrasta con el carácter cuasi festivo de la anterior.
El último tercio del conjunto viene compuesto por The Believers, claramente el tema más experimental del conjunto y uno de los más sugerentes, con capas y capas de sonido y ruido que llegan a eclipsar la voz de la cantante, bastante más protagonista en el resto de canciones. Finalmente, el bello y triste primer single A Drowning sigue dentro de la senda ‘fácil’, en lo que podría considerarse como la ‘balada’ del disco y otro de sus grandes temas.
La conclusión que extraigo de estas seis canciones es que How to Destroy Angels suenan mejor cuanto menos parecen ser ‘NIN con voz de tía’ e intentan tantear otros derroteros, ya sean más o menos accesibles o experimentales. Esto es, cuando intentan buscar una identidad propia. Veremos qué sucede de cara a 2011, cuando salga su primer LP, pero de momento podemos conformarnos con estas canciones, que como adelanto de lo que puede llegar a ser funcionan bastante bien.