Eres uno de los pocos seguidores de Hamlet que recomienda su disco negro para iniciarse en el grupo, te parece uno de sus mejores discos a pesar de que la gente diga que es repetitivo, que todas las canciones son iguales, que no evolucionan. Llevas demasiado tiempo esperando este Syberia, concretamente desde el último concierto al que fuiste antes de que el grupo se metiera en los estudios a grabar, donde te estuviste dando de tortas con todos los que se ponían al lado, disfrutando de sus mejores temas y de su rabia en directo. Hasta te compraste en una feria de discos el Peligroso, porque será heavy, pero son Hamlet.
Merecido el llegar hasta aquí, un amigo te comunica que el disco está a la venta, y allí que te vas a por él. Lo compras sin dudarlo, son Hamlet. Lo escuchas. No puede ser. Lo primero que piensas es que el hueco que dejaron vacante Sôber al ocupar el que en su día dejó M-Clan, ha sido ahora cubierto por Hamlet. No puede ser. El puesto de grupo metalero místico con canciones de amor lo podía ocupar cualquier otro, no tenían por qué ser ellos. Venga ya. Lo vuelves a escuchar, y ni siquiera dejas llegar la última canción. No puede ser. Te metes en su web para comprobar que no haya sido una broma a sus seguidores de siempre. Lamentablemente, encuentras el track list calcado al de tu cd, repasas letra por letra todas las canciones y los textos coinciden. Sí sí, esta cosa rara que tienes entre manos es el nuevo disco de Hamlet, de la banda más cañera de España. Decides darles una última oportunidad: el vídeo del single, a ver si salen colaborando con Amaral. Ves el vídeo, no tiene nada raro, son los mismos Hamlet de siempre. Bah, un puñado de euros tirados a la basura.
Pero dos semanas después te sorprendes tarareando el «Imaginé», el primer single del disco, y piensas que vas a tener que escucharlo de nuevo. Lo haces, caramba son Hamlet, el grupo con el que tanto has disfrutado, se merecen todas las oportunidades que necesiten. Te pones de nuevo el vídeo, y descubres en esa canción algo de lo que no te habías percatado, un ritmo que te llega hasta lo más profundo, que se te queda grabado en el cerebro sin remisión. A ver, la música sigue siendo igual de genial, estos tíos no han perdido un ápice de fuerza, siguen tocando los instrumentos con la misma maestría de siempre. La guitarra te sigue taladrando como lo ha hecho siempre. Hechas en falta unas cuantas revoluciones pero se ven compensado con la majestuosidad de los ritmos, por lo bien que coordinan con la voz, cómo entran a la vez la batería y las guitarras… Te sientes transportado a otro mundo, la letra te parece magistral, hasta te ves reflejado. Estos tíos son impresionantes, son capaces de hacer bien todo lo que se propongan. Entras en éxtasis cuando llevan transcurridos 1 minuto y 37 segundos, la música te ha llevado a otro universo. Esta es la mejor canción que has escuchado en meses. Por fin puedes disfrutar del nuevo disco de Hamlet. Espera… nuevo momento de éxtasis tras 2 minutos y 48 segundos… estás agotado, no puedes más. Lloras cuando tras 3 minutos y 40 segundos la canción termina, pero en seguida te das cuenta de que hay 11 canciones más. Eres feliz.
Al final terminas diciendo del disco que es lo mejor que han hecho los Hamlet en su vida, que la evolución que pedían unos por fin ha llegado y de una manera espectacular, y que para los que no querían evolución que no se sentirán decepcionados porque no han perdido nada de lo que tenían, no han perdido la fuerza, la caña, la gran composición musical, la vozarrona, solo que ahora la distribuyen a lo largo del álbum intercalada con elementos nuevos.