Tras reinventarse con un brillante American Idiot donde llevaron el punk-pop al concepto de ópera rock y que casualmente caló de forma profunda entre la generación de los adolescentes que se pintan los ojos para parecerse no a los Misfits sino a My Chemical Romance, Green Day tenían dos caminos. Decepcionar a toda su nueva y jovencísima audiencia volviendo a su pasado más enérgico y directo o intentar seguir esta nueva senda teniendo bastante difícil el superarse.
«21st Century Breakdown» nos muestra ya desde su pretencioso título cual es la vía que han tomado y si bien esta vez no hay nada nuevo bajo el sol, sorprendéntemente no se han estrellado pese a forzar el minutaje hasta los 70 minutos llenos de punk chicloso, pop-rock de estadios y baladas. El disco nos lo presentaron con la plana «Know Your Enemy», con un riff y coros futboleros, la prueba de que mientras su vena pop se hace más compleja, su sonido de toda la vida se hace menos y menos excitante. Mejores en esta senda concreta son la pretendidamente punk «Christian’s Inferno» con su toque paranoico en voz y producción o «Horsehoes and Handgrenades» donde juegan a ser The Hives.
Y es que es dificil querer hacer una réplica de American Idiot y a la vez innovar. El mayor desmarque puede ser «Peacemaker», un sonido de mafia-punk con el que ya experimentaron en «Misery». Esta onda rockabilly con contrabajo y demás también la utilizan en «¿Viva la gloria? (little girl)». Amor-odio es lo que despierta «East Jesus Nowhere», el odio por el toque marcial rítmico muy calcado en los singles de Marilyn Manson a lo largo de los años, el amor por lo bien que consiguen hacer derivar el tema en el aspecto melódico.
La banda demuestra tener controlados los mimbres del arena rock con «Restless Heart Symdrome» es una balada que queda en algún punto entre Elton John y una banda sonora de James Bond. Lo mismo puede decirse de «21 Guns» y es que este disco no podía quedarse sin equivalentes a «Wake me up when september ends» o «Give me novocane», incluso aunque no lleguen a la altura. Tal vez la mejor y también la más beatlemana sea «Last Light on Earth». Y es que lo aprendido en cuestión de lenguaje pop y coros sigue dando buenos resultados en cortes como «Murder City» o creando lo que podría ser la canción rock del verano, «Last of American Girls» gracias a su toque surfero y su ultrapegadizo riff.
Cabe comentar que esta pretendida opera rock se divide en tres actos lo cual escuchado el disco parece simplemente una forma aleatoria de cortar el disco en tres mitades y poner un título a cada una. Esta vez si bien enlazan temas, no han querido tener canciones de 6 a 9 minutos y si acaso tenemos «¡Viva La Gloria¡» que comienza como orquestada balada de piano para explotar las guitarras y con toda la fuerza de los himnos de la banda. Otro caso claro es «Before the Lobotomy» que tras un irritante comienzo baladista despega en el rock para acabar recreándose en la épica del medio tiempo. Sin olvidar la homónima «21st Century Breakdown» ejemplo y en este caso bueno del desarrollo cultivado dentro de una misma canción, si bien peca de nuevo de sobreexplotar el rollo épico-mesiánico-catastrofista.
En este disco hay sin embargo temas capaces de contentar a seguidores nuevos y viejos. Tal vez el caso más claro sea «American Eulogy», que además es de lo más brillante del disco y hace gala de la progresión vista en su anterior disco. Lo mismo puede decirse del tono urgente «The Static Age» con un estribillo que es de todo menos inédito en Green Day (vease «Church on Sunday» sin ir más lejos) pero que convence en su tono de creciente épica y contagioso optimismo esta vez.
Bueno, el trío puede estar satisfecho ya que ha creado un disco que tenía todas las papeletas para salirles mucho peor. No han hecho el disco de punk-pop del año porque les han ganado Gaslight Anthem, pero con él tienen para vivir del tema unos cuantos años más. Eso si, esperamos que se les ocurra enfocarse por otro lado porque hasta al adolescente más impresionable dejarán de impresionarle con una tercera ópera rock hablando de lo mal que está América y el mundo sacando a relucir un batiburrillo de vaguísimos conceptos políticos. Que borren a Bono de su agenda tampoco estaría mal.