Desde Nueva York nos llega el nuevo trabajo de un Wu-Tang Clan que ha recuperado todo ese aire de dureza en sus rapeos, lejos de su previo acercamiento al r&b de «Ghostdini: Wizard of Poetry in Emerald City». Ghostface Killah, o su compañía de discos, eligieron la peor época posible para dar a luz un disco, puesto que el mes de Diciembre es cada vez más propio de recopilar lo mejor del año y no de descubrir nada nuevo. Sin duda, este «Apollo Kids» está entre lo más injustamente olvidado en estas listas de 2010.
El regreso de Ghostface Killah a las calles oscuras y tenebrosas de su música ha sido un verdadero soplo de aire fresco, sobre todo dado que «Apollo Kids» no suena a nada premeditado y excesivamente plagado de seso. Suena vivo, variado y compacto, aunque hay que acusarle que es algo corto. Su falta de nexo de unión temática puede hacerle perder puntos también, pero es cierto que puede ser la preparación desenfadada perfecta para llegar a la tan ansiada y estudiada continuación de «Supreme Clientele «.
Esa recuperación de agresividad puramente Wu-Tang Clan es la clave, pero sin dejar de mencionar la capacidad de hacerse rodear de bases rítmicas tan contundentes como pegadizas. Aquí, Ghostface Killah se aleja también de algunos de sus habituales productores para acercarse a músicos de corte más desconocidos. La rabia y el olor a las calles neoyorquinas se aprecian en cortes tan pegadizos y redondos como «Drama» o «In Tha Park». Igualmente, la ayuda del propio Killah a su colega Raekwon en las dos partes de «Only Built 4 Cuban Linx…» sale a flote en un tema centrado en la apología de La Cosa Nostra hispana como es «Black Tequila», a pesar de que en esta ocasión se acompaña de Cappadonnna y Trife. El propio Raekwon si cierra con el otro tema clave del disco, «Troublemakers», junto a otros colegas de lujo como Method Man y Redman.
La otra cara del sonido puramente Ghostface Killah aparece con lo aprendido en sus giros al r&b más puro, aunque en este caso más centrado en la inventiva de tirar de samples de soul y de melodías perfectas en clave de voces femeninas. Por ejemplo, «2getha Baby» es un hit inmediato, mientras el groove imparable de «Superstar» y «Ghetto» (de nuevo genial Raekwon ayudando) se pega a los pies.
Al final nos queda un disco que sin pretender ser grande crece y se vuelve inmenso en beats y rimas. Una especie de disco despreocupadamente desordenado que se vuelve pegadizo y adictivo con las escuchas, para que finalmente nos haga tener buenas vibraciones al respecto del esperado «Supreme Clientele II».