Si dieran premios a los grupos más prolíficos, hoy en día uno de los candidatos sería la banda de Seattle Gatsbys American Dream, que nos muestra en su cuarto disco en cinco años una inusual manera de hacer las cosas entre las bandas de su estilo. Para algunos el disco que nos ocupa no será más que un disquito repleto de melodías, pero como ya es costumbre en Gatsbys American Dream, es algo más.
Y es que si el año pasado nos brindaron un enorme disco conceptual de algo más de 35 minutos basado en metáforas entre humanos y volcanes, para este nos han vuelto a sorprender con un disco muy directo, cargado de compromiso y en este caso centrar sus miradas en la industria musical (o en «los malos», como algo más general) con un trasfondo de ciencia ficción, literatura y algún que otro guiño más a la cultura popular actual.
La sabia mezcla de música pop, hardcore y punk hacen de este álbum homónimo una verdadera delicia, que engancha como pocos discos lo han hecho este año. A pesar de que las coordenadas en las que se mueven Gatsbys American Dream hoy en día están minadas por hordas de grupos con similar estilo, los de Seattle se desmarcan con un buen hacer que queda demostrado durante los apenas 34 minutos de duración de este nuevo disco.
Nos queda difícil seleccionar temas de entre los 11, pero es inevitable mencionar la abrumadora fascinación que se respira a lo largo de todo el disco por la trilogía de ciencia ficción de John Christopher «The Tripods». Como queda claro en la progresiva «My Name Is Ozymandias» o en la tremendamente emotiva «The White Mountains» (Sensacional la letra). También demuestran fijación por el autor Philip J. Dick como ocurre con el delicioso ritmo de «We Can Remember It for You Wholesale» (basado en un relato de Dick titulado «Podemos recordarlo todo por usted») o en la algo más tranquila «Me and Ed Loyce» (con algún pasaje de «El Ahorcado» del mismo autor.). Además por el camino quedan perlas a la industria y la escena que les rodea como en «You All Everybody» («I hate this place and all these guys and their fancy clothes / It doesn’t seem like music at all») o en la algo más rabiosa e hiriente «Badd Beat», escrita a modo de carta.
Un disco corto, pero que supura densidad por todos lados, en una perfecta mezcla de sonidos muy trabajados en guitarras, ritmos sincopados y unos estribillos y melodías irresistibles. Todo ello con unas inteligentes letras que terminan a uno haciendo uso de Google y Wikipedia a partes iguales. Sólo nos queda que para el próximo se decidan a hacer algo más extenso para poder encumbrarlos de manera definitiva.