Pocas veces una formación punk había generado tanto ruido en el mundillo más moderno como lo han hecho Off!, sobre todo gracias a un sorprendente y ruidoso primer EP que caló entre los críticos. Eso fue a mediados de 2010 y estos cuatro EP’s reunidos en una sola caja sale a finales de dicho año siguiendo la misma fórmula de punk-core de vieja escuela.
Keith Morris, el querido rastas que lideraba Black Flag en sus inicios para después pasarse a la formación de punk californiano Circle Jerks se junta con Dimitri Coats (Burning Brides) en calidad de productor para crear canciones nuevas para el retorno de dicha banda. El resultado no gusta nada al resto de miembros y no sólo termina apareciendo el mal rollo entre Morris y el resto de Circle Jerks sino que se ve obligado a dar a luz esas canciones desde otra plataforma.
Esa plataforma no es otra que la del supergrupo Off!, formado por las dos cabezas pensantes citadas y dos fichajes galácticos: Steve McDonald de Redd Kross al bajo y Mario Rubalcaba de Rocket from the Crypt y Earthless a las baquetas. Una formación que nos brinda estos cuatro primeros EPs de incendiario y salvaje punk-rock gritón pero con la suficiente capa de modernidad. Keith siempre ha sido alguien abierto, colaborando con bandas como No Age o mostrando devoción por algunas de las bandas del momento, pero a priori su historial punk no parecía encajar con el hard rock de Burning Brides o con el power pop de Redd Kross. Por suerte, Dimitri Coats y compañía han sabido ponerse la camiseta sudorosa punk que necesitaba un proyecto con Morris al frente y esto hace que cada minuto sea tan acertado como el anterior.
Off! no han inventado nada pero han sabido marcar cierta pauta diferente en una escena que cada vez tiene más dificultades por mostrar algo nuevo. Quizás son demasiado rock and roll para el punk y demasiado punk para el rock and roll, como si cogiéramos nuestros mejores Aerobitch o a los americanos Zeke y los limpiamos la grasa de la cabeza para escuchar más «canciones». Alaridos, volumen brutal, canciones cortas pero al mismo tiempo melodías reconocibles, letras para hacer pensar y un derroche de personalidad brutal.
Aparte de la emotiva dedicatoria de Keith al fallecido cantante de The Gun Club en «Jeffrey Lee Pierce» o a su adorada Hermosa Beach en «Peace In Hermosa» ; y las contestatarias «Fuck People» y «I Don’t Belong», los grandes momentos de la unión de estos cuatro EP’s vienen claramente motivados por machetazos al cuello que son «Panic Attack», «Darkness», «Black Thoughts» o las más rock and roll «Blast» y «Upside Down». La única pega que le podemos poner a sus primeros dieciséis temas es que es muy incomodo disfrutar de cuatro EP’s de dos canciones por cara en vinilo, aunque al utilizar la versión mp3 la adicción a sus pegadizos pildorazos punk puede ser preocupante.