Más de una vez habremos pensado ante el regreso de una banda si acaso no han sido capaces de escuchar el disco con un mínimo de objetividad, compararlo con lo que han hecho previamente y decidir que no está a la altura. El papel de gente cercana a la banda o de su discográfica debería ser fundamental en estos casos. Con «At Night We Live», esperado regreso de Far, decididamente lo hemos vuelto a pensar.
Aunque el comienzo con «Deafening» parece prometedor pronto la rabia parecerá impostada al contrastarse con el resto del disco. En todo caso un buen momento, más de producción que de otra cosa con un ambiente matizado por los filtros de sonido. Y es que los momentos más pretendidamente salvajes no convencen; «Dear Enemy» queda a medio camino, la parte del riff no resulta creible y el estribillo no casa, han buscado romper la estructura de canción sin éxito. De «Fight Song #16,233,241» lo mejor que se puede decir es que parece un single de My Chemical Romance. «Burns» por su parte, apuntaba a ser una de las mejores canciones del disco hasta que Jonah se descubre con un estribillo que deja las últimas pasteladas de Rivers Cuomo a la altura del betún.
Y es que en resumen, «At Night We Live» es un disco de rock alternativo para toda la familia. Para que sus singles suenen entre Rihanna y Nickelback en las radios norteamericanas. No vayamos a pecar de auténticos, esto no es malo per se. De hecho el azucar con garra y sonido arrollador de «Better Surrender» y un sonido arrollador o el punk-pop con sintetizadores de «Are You Sure?» se antojan entre lo mejor del disco, sobre todo esta última y resultan realmente comerciales.
También podemos tolerar el rock alternativo con pianos de «If You Cared Enough» que huele a 30 Seconds To Mars. El problema es que Far aspiran aquí a ser bonitos cuando lo suyo era emocionar de una forma visceral que no entendía de arreglos y adornos. Así, no podemos sino reconocer las virtudes de «Give Me A Reason» como buen tema de pop post-grunge apto para FMs y también de «At Night We Live» con sus potentes ecos de Filter en la era Title of Record. Pero echamos de menos a los Far enfadados, los riffs desencantados de Lopez y sobre todo a Jonah Matranga cantando con su característica aspereza.
Me quedo como tema interesante y para desentrañar con «When I Could See», una balada con misterio y aires entre Sunny Day Real Estate y Deftones, que da la sensación de estar inconclusa para bien. Y hablando de los de Sacramento, entre lo mejor se encuentra también «The Ghost That Kept On Haunting», dedicada a su amigo Chi Cheng, con inquietantes estrofas y un estribillo azucarado. En todo caso destaca por su producción atmosférica (que incluso recuerda al White Pony) y una épica de final de disco tan lograda que casi dignifica lo anterior.
Está claro que ya no están cabreados, que disfrutan de la vida y en ese sentido tal vez este sea el disco más coherente que podían haber hecho. No hay ningún problema con que una banda madure, pero «At Night We Live» más que dar la sensación de una banda que rompió en su adolescencia y ha crecido, parece el disco que Far habrían creado si en su propia adolescencia todo les hubiera pintado de colores, la versión «happy ending» alternativa a Water & Solutions.