Lo que podía ser una carrera que conjugara como pocas indie y mainstream se acabó. Hablamos de la historia de Xoel López, más conocido como Deluxe, que tras un primer disco que llamó la atención del panorama indie y un segundo que le hizo rozar audiencias masivas manteniendo la calidad, perdió el rumbo. Así, Xoel se entregó a unas letras en castellano en ocasiones bochornosas y abandonó las guitarras electricas en favor de un pop sencillo, tan sencillo que todo el disco sonaba igual. Fuera artificios, fuera guitarras electricas, fuera las épicas construidas a golpe de teclado.
En «Fin de un Viaje Infinito» tenemos más de lo mismo. En todos los sentidos, sin acaso con un carácter más optimista. Así que esta vez no hay sorpresas ni decepciones, tan solo constataciones. La mayor y más importante, la de que Deluxe aspira a alcanzar, como el que no quiere la cosa, las masivas audiencias de Coti o La Oreja de Van Gogh. Porque su música ni rompe ni rasga, pero esos coros aquí y allá dan claras pistas de que una gira conjunta con estos artistazos es lo que necesita. Más que Dover ya se lo merece, al menos.
Lo segundo, que el gallego ha encontrado un sonido en el que está cómodo y ha pulido sus letras en castellano, aunque siguen siendo resultando tópicas, pero bueno, así el pop a veces. En todo caso se le nota más suelto, ajeno ya tal vez a las críticas recibidas con su anterior trabajo. Esa impresión dan los primeros temas, de «Colillas en el Suelo» a «No es mi Primera vez», en las que el mayor cambio apreciable son los arreglos de trompeta.
En fin, que «Fin de un Viaje Infinito» tiene poca novedad que ofrecer, por lo menos en disco. Pero a quién disfrute lo mismo con Maga o Ivan Ferreiro que con Pereza o Bunbury, seguro que le encandila. Por mi parte espero que si en futuras entregas no va a dar más de sí el tema, el viaje finalice pronto de verdad. Si lo que quiere es conseguir el objetivo eufemístico de «llegar a la máxima cantidad de público», yo propongo animarse con un dueto con la Venegas y así subir unos escalones en la radiofórmula que todo lo mueve en este país. Bonito a la par que soso.