Acojonante lo de Cut Copy. No sólo practican un synth-pop totalmente retro, género hasta no hace mucho defenestrado y por ser considerado tan hortera como meloso (aunque no nos engañemos, aún produce urticaria en más de uno); sino que como bien indica su nombre, se dedican a copiar a New Order, Pet Shop Boys e incluso a Duran Duran en sus festivas composiciones. Pero lo más increíble es que han tenido la desfachatez de hacerlo tan bien que han conseguido crear toda una obra maestra bajo el nombre de In Ghost Colours, su segundo álbum.
La verdad es que siento debilidad por este tipo de música, tan en boga en los adorables/odiables ochenta y prácticamente fulminado en los noventa. No sé qué es lo que tienen la frialdad saltarina de un sintetizador vintage ni el repetitivo ritmillo de una caja de ritmos, pero es que es imposible para mí no caer rendido ante las grandes obras de los grupos antes mencionados, unidas a las de los afortunadamente muy reivindicados hoy en día Depeche Mode, u otras bandas más arties (y olvidadas) como son los añorados OMD o The The.
Pero para que no se les acuse de repetitivos, los australianos introducen entre hit y hit algunas composiciones más cercanas al indie-pop como Unforgettable Season, Midnight Runner o So Haunted y varios interludios instrumentales, que sanean el conjunto e inducen un carácter más heterogéneo a este grupo de increíbles canciones; que por si aún no lo habéis adivinado, me parece la mejor colección de pop electrónico que he tenido el placer de escuchar desde el ya un tanto lejano Silent Shout de los esquizofrénicos The Knife. Y el mejor disco de 2008 junto al maravilloso Third de los renovados Portishead. Imprescindible.