Sería un craso error considerar a Chvrches otro grupo debutante más elevado al hype mediático desde su proclive situación en Gran Bretaña. Y eso que con semejante nombre, y con el de su primer disco, “The Bones of What You Believe”, podría parecernos un conjunto más subido a la ola ‘post-witch-house’ (perdonad la idiota etiqueta) surgida a partir de Grimes y, sobre todo, Purity Ring, a los que nos pueden recordar por sus luminosas y floridas composiciones sintéticas y la dulce voz de Lauren Mayberry.
Pero lo cierto es que, sin bien tales comparaciones no son injustificables, esta colección de canciones tiene tanta valía que merece que se superen los prejuicios iniciales que se puedan tener. Y es que, sin bien no inventan nada, no se puede negar que estos escoceses se mueven a sus anchas en su estilo. Esto es, si es que hay que dar más pistas, electropop de última generación adornado con ruiditos y con pequeñas gotas de experimentación. En su caso, eso sí, representarían lo más accesible del lote, con más presencia de lo primero que de lo demás.
Así, no podemos sino rendirnos ante las primeras cinco canciones del conjunto; temas de pop electrónico tan apabullantemente mayúsculos como “The Mother We Share”, “We Sink” y el pepinazo que es “Gun”, una de esas canciones perfectas tanto en estructura como en estribillo; seguidos de un tema de carácter más progresivo como “Tether” o la sorpresa cuasi-industrial de “Lies”, de tono casi marcial y obsesivo. Sólo este puñado de canciones justificaría ya la compra del disco, además de superar lo más selecto de muchas bandas del palo tras años y discos de trayectoria.
El resto de canciones, si bien no mantienen este nivel de excelencia, tampoco bajan en ningún momento del notable. Entre lo más destacado encontramos la habitual épica onírica de M83 en “Under the Tides” gracias al protagonismo de voces masculinas, la fanfarria cuasi-techno de “Science/Visions” y la bonita, aunque evidente, balada “You Caught the Light” con la que cierran la colección. Entre medias, destaca otro hit ultra-pop como “Night Sky”, que no hace sino poner de manifiesto su capacidad para crear singles ganadores.
Chvrches consiguen lo aparentemente imposible y vuelven a darle una pátina de brillo a un género tan continuamente manido y sobresaturado como es el synthpop mediante la fórmula más adecuada, pero también la más difícil: ponerlo de actualidad aglutinando los sonidos que suponen la vanguardia contemporánea sin que esto ponga trabas a una manera en esencia clásica de componer canciones. Lo que se llama mirar al presente sin perder de vista el pasado, vamos.
