Vale, no hay que ser muy listo ni avispado (valdría con leernos los títulos de sus discos) para descubrir que el eclecticismo es la clave del sonido de La Célula Durmiente en general, y del cerebro del bueno de Joan Colomo en particular. Esta será quizás la principal virtud de su sonido, pero como buen arma de doble filo lleva tiempo siendo un lastre del que no es fácil sacar su jugo.
Comienzo de pop alegre con “Sólo Sé Que No Se Nadar” con la ayuda a los coros de Inés, buen guitarreo como el de “Cave Out” y “A Sip Of Life” y hasta con un country juguetón como el de “Come On, Johnny!” a dos voces. Una paleta de sonidos tan amplia que además requiere de sonido y composición bien perfeccionados.
En definitiva, atreverse con todo pero dejándolo todo bien atado siempre es digno de aplaudir… Y más cuando tienes a Santi García produciendo el artefacto, claro…