Con A Perfect Circle, Billy Howerdel pasó de ser un técnico de guitarras don nadie a ser uno de los calvitos mas admirados del mundo del rock alternativo, con permiso de Billy Corgan.
Muchos desconocedores del orígen del grupo señalaron a Maynard James Keenan (vocalista de Tool) como el auténtico artífice del aclaparador éxito tanto de crítica como de público del que disfrutó la ya extinta banda, aunque después del batacazo de este engendro llamado Puscifer, muchos más empezaron a preguntarse si realmente Billy era el único dotado del dúo creativo de A Perfect Circle.
Por fortuna éste 2008 nos ha llegado el debut del proyecto en solitario de Billy Howerdel: ASHES dIVIDE (así, con escritura fotolog), que viene avalado por dos discos que ya son clásicos contemporáneos, aunque la última incursión del grupo (un flojo disco de versiones llamado Emotive) dejara un amargo sabor de boca a tal impoluta carrera.
Por fortuna ASHES dIVIDE suenan bien, bastante bien de hecho, una producción bastante cuidada (de la mano del propio Billy y el fetiche Danny Lohner) lo hace posible, y todas las canciones están llevadas con las características guitarras suaves y melódicas marca de la casa; también llama la atención la constante presencia de sintetizadores y distorsiones tanto de voz como de instrumentos; intentando de algún modo transmitir una atmósfera envolvente a la vez que las estructuras usadas son, por lo general, bastante convencionales.
Y todo esto remarcando que Billy Howerdel tiene una voz más que correcta, aunque los efectos aplicados a lo 30 Seconds to Mars terminan resultando excesivos y no permiten apreciarlo en su debida medida.
También es justo remarcar que el disco tiene varias canciones interesantes, el mismo single The Stone con sus guitarras chirriantes deja muy buen sabor de boca, y algunos momentos cumbre como Enemies o Higher salvan al disco de la mediocridad.
A pesar de todo, en conjunto el disco resulta en una decepción; ya no es que pierda en comparación con A Perfect Circle, sino que parece que el disco no tenga alma y se pierde en capas y capas de producción que no llevan a ningún sitio ni resultan en melodías que motiven de algún modo al oyente.
Sin embargo lo dicho, algunas buenas canciones lo elevan del aprobado, y siempre podrá jactarse de que es mejor escuchar éste Keep Telling Myself It’s Allright, que no el infame V is For Vagina de Puscifer, Billy 1 – Maynard 0; pero por los pelos.