2008, era Internet. La música está sumida en un concepto de globalización radical. Globalización, que no homogeneización. Grupos nacen, se reproducen y mueren a altas velocidades, dejando posos de los que otros se nutren, sin importar país, subgénero, etc. En este panorama caótico aunque excitante podemos situar a la banda pamplonesa Antigua & Barbuda, sin duda producto de una escena alternativa (la que ataca desde el myspace) en la que los límites entre las tendencias se difuminan.
Algo más allá van con «Sexo» tal vez la más ligera y divertida, donde incluso recrean la línea melódica a base de silbidos. Y para finalizar, toques de garaje psicótico y oscuro en «El Ruido de los Arboles». Cuatro temas que valen y tal vez basten (pese a sus coordenadas abiertas e indeterminadas diez canciones en esta tónica podrían ser demasiadas) para hacer de este alocado «La Pirámide Invertida» uno de los discos (o EPs) nacionales más interesantes de lo que va de año.