Las cosas han cambiado en el mundo del metal, ya lo creo. Escuchar este primer disco largo de los andaluces Agnus Dei es, en cierto modo como coger un túnel del tiempo y bajarnos hace una década. Y es que a lo largo de sus 12 cortes suenan ecos de figuras que lo fueron todo en lo suyo, el cruce del thrash-metal con por aquel entonces nuevos aires tribales, sintéticos o rimadores. Hablamos de gente como Fear Factory, Sepultura, Machine Head o barriendo más para casa, Ktulu. La mayoría de estos grupos han acabado ahogados en su propia monotonía tras algunos discos brillantes y este es el gran peligro que corre «Renacer» a oídos del no incondicional.
El sexteto diseminado por Andalucía factura temas potentes, con pegada, tal vez demasiado a piñón pero con sugestivos riffs y toques electrónicos . Es el caso de «Sangre», aunque también podríamos destacar entre lo mejor la crossover «Perros de Rabia» o la rabia y orgullo de «Raíces» una temática ni que decir que muy «sepulturera». El apartado lírico no es algo que se pueda valorar fácilmente, pero las temáticas una vez más se hacen muy similares a las de algunos de los grupos antes citados. Por su parte, «Ciudad de Dios» coquetea con el numetal revelándose entre las más entretenidas del disco, por su variedad rítmica, vocal y sus efectos.
Los amigos del gótico que no se emocionen, que si bien «No Llueve Eternamente» es versión de la balada «It Can´t Rain All The Time»(Jane Siberry) de la banda sonora de El Cuervo, la adaptación es irreconocible quedando su capacidad melódica desaprovechada en favor del tono thrash. Entiendo que una banda capaz de molestarse en hacer una versión de un tema así puede ofrecer mucho más en cuestión de profundidad. Y es que cuando consiguen crear ambientes oscuros e interesantes bajando el tempo, la voz lo echa por tierra (Limbo) o acaban sumidos en espirales de ruido y efectos sin ton ni son (Sombra).
Esta sensación es patente a lo largo del disco. Tal vez la banda deba trabajar un poco más la compenetración o la justa medida, ya que a lo largo del disco se meten efectos electrónicos, así como slaps de bajo de forma bastante caótica o excesos de doble bombo, siendo frecuente la sensación de que algún instrumento va a destiempo.
Volviendo a la parte vocal, se agradece el esfuerzo vocal del comienzo de «Inocencia» aunque es obvio que el vocalista se ve cómodo escondido tras el muro de guturalidad. Este tema también cuenta con guitarras especialmente lucidas. El problema de voz se hace especialmente patente en su ausencia, es decir, la instrumental «Renacer» resulta de lo más agradable del disco.
¿Conocéis la sensación de cuando escuchas una canción y te parece estar bien pero cuando la oyes dentro de un disco no sólo no destaca sino que se ahoga entre el resto? Ese es el problema de «Renacer», que la fuerza de algunas de sus partes se diluye en la homogeneidad del todo. Agnus Dei necesitan hacer un esfuerzo por introducir variedad en su propuesta porque si bien es loable mantenerse fiel a un estilo que no está de moda, hay muchas formas de ampliar su paleta y deberían buscar la suya.