Como pensamos que nada mejor para hablar de un sello musical que sus propios discos, que tanto dicen a su vez de sus autores, nos gustaría que compartieras con nuestros lectores tus reflexiones en torno a un puñado de álbumes que hemos seleccionado entre el amplio catálogo de Acuarela.
Sr. Chinarro – “El por qué de mis peinados”
Salió con una errata (en realidad se escribe “El porqué de mis peinados”), cosa que desagradó mucho a Antonio Luque, hasta el punto de casi no querer publicarlo en Acuarela. Antonio odia las faltas de ortografía. Sin duda una de las cimas del pop en castellano en cualquier época. Mucha gente no lo sabe, porque es difícil incluso de intuir, pero es un disco de canciones de amor en el extrarradio; sobre el amor como una ecuación irresoluble, ni con teoremas ni con quiromancia. Mi canción favorita, “Diario de Pitágoras”.
Migala – «Así duele un verano»
Quizás el disco que, de haber sabido tocar un instrumento o haber tenido las agallas de pasar las 10.000 horas de rigor aprendiendo a hacerlo, hubiese grabado un grupo del que yo formase parte (con orgullo). “Así duele un verano” se llama así porque en efecto, así dolió aquel verano, y alguno anterior. A mi modo -el texto de “Gurb Song”- participé en uno de los mejores trabajos publicados por el sello en sus primeros 20 años de historia. Al revés que otros -del mismo grupo incluso- al escucharlo puedo recordar con exactitud los momentos de su gestación, de su nacimiento, de cuándo murió un poco al empezar Migala a componer ya las canciones de “Arde”.
Mus – «El naval»
Otra banda sin la cual no se entiende la historia del sello. “El Naval” es un disco tristísimo, invernal más que otoñal, y que me hace pensar en una pareja que decide poner su vida en común sabiendo que algo se ha perdido en el camino. Poner su vida en común como preámbulo -quizás el último momento de feliz intimidad- a tener que poner en común el final de su vida juntos.
Manta Ray – «Estratexa»
El primer disco de Manta Ray en Acuarela. Ya lo decía Truman Capote a través de Santa Teresa: “Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas”. Y si había opiniones entre dientes que sostenían que se echaba de menos a los Manta Ray que pensaban en clave de rock y nos destrozaban a base de furia y contundencia… pues bien: dos tazas. De una pieza, a mordiscos. Pegando patadas, demoliendo a piñón fijo. Una negación rotunda a la distracción, y una producción en la que se intercalan teclados de frenopático entre mantos de distorsión, y viceversa. Rastros de la Alemania minimal entre zarpazos made in Washington D.C.
12twelve – “L’Univers”
¿Cuál era el universo de 12Twelve? ¿Qué les llevó a ser uno de los primeros grupos nacionales a tener portada en RDL? Un original sentido del ritmo, un directo demoledor que apelaba tanto a los pies como a la cabeza, una conjunción de personalidades que en cualquier otro momento histórico, en cualquier otro país, habría obtenido el apoyo que se merecía.
Za! – “Macumba o Muerte”
De Za! me limitaré a enlazar con este texto que les dediqué hace más dos años. Desde su fichaje tras un espectacular concierto en Vigo, donde teloneaban a los Yellow Swans, hasta su publicación, pasó demasiado tiempo debido a una de las archiconocidas mini-crisis de Acuarela, pero es sin duda el CD que más he regalado a artistas extranjeros que han pasado por la oficina. Y que más me han agradecido luego.
No es un disco ilustre, pero el Tanned Tin es uno de los buques insignia del sello. Nos gustaría también que comentaras un poco como ves la trayectoria del festival y cómo se gestiona en este momento de festivales clónicos algo tan diferente y en principio poco “vendible”.
Para la última edición tuve más tiempo de cara a confeccionar el cartel a mi gusto. Y como hemos estado en crisis desde la primera edición (1999), nos seguimos moviendo como peces en el agua en situaciones como la actual. El hecho de no tener un claro y evidente cabeza de cartel (nunca lo hemos tenido ni lo buscamos) ayuda a trabajar con tranquilidad.
Hemos sido durante años el granero del que se han alimentado eventos mucho más grandes, así como fuente de inspiración para el nacimiento de otros festivales de formato parecido.
Con lo que cuesta un grupo medio-alto en festivales como el FIB o el Primavera Sound nosotros confeccionamos un cartel con 30 bandas que saben adaptarse a lo que podemos ofrecerles. Muchas de ellas bajan considerablemente su caché para poder participar en la experiencia Tanned Tin.
Estoy seguro de que muchos festivales que nacieron con la única vocación de hacer negocio van a aprovechar la crisis para bajar en calidad del cartel o en servicios, pero será tan evidente que estarán cavando su propia tumba. Pero en lo que se refiere a los festivales con vocación, digamos, «artística» (que no atosigan con mil patrocinadores, con precios razonables y donde se respeta a los músicos y al público) y que no se hayan dedicado a pagar cachés irresponsables, van a sobrevivir y aguantar el tipo.
Es absurdo recordar algo evidente, pero la esencia de todo festival son los artistas, y buenos músicos hay por todo el mundo y de todos los estilos, cantando sobre lo que aman y lo que odian, indignándose o siendo hedonistas. Hay que buscarlos, encontrarlos y traerlos.
La triste actualidad manda y queríamos aprovechar para pedirte unas palabras sobre la figura de Jason Molina y el trato personal o profesional que tuvisteis con él.
Yo hice de mediador -me gusta más que la palabra “intermediario”- entre el Festival BAM de 1998 y él, compré los billetes de avión y ejercí de anfitrión y manager de andar por casa.
Es mío pues, el honor de haber hecho debutar a Jason Molina en nuestro país. Hubo muchas reticencias entre la crítica y el público. Pero el concierto fue espléndido, y además publicamos un EP de SONGS:OHIA en Acuarela titulado “Our Golden Ratio”.
Luego tuvimos un malentendido por falta de comunicación y exceso de orgullo, un malentendido que se prolongó durante años. Cuando empezamos a aclarar las cosas ya era demasiado tarde. Estaba muy enfermo, el alcohol había dado un vuelco a su vida, y ya no le era posible ir de gira, viajar; incluso un simple concierto requería un esfuerzo sobrehumano.
Siento mucho haber permitido que unas palabras, unas cifras malinterpretadas nos distanciasen tanto. Es algo que no me perdonaré nunca.
Finalmente algo más positivo. Habéis conseguido reunir a Come, que encabezarán la fiesta de celebración del aniversario de Acuarela. Nos gustaría que nos contaras cómo surgió esto, si llevabais tiempo detrás del tema, por qué habéis decidido enmarcar algo tan propio como una fiesta de aniversario dentro del Primavera Sound, etc.
Chris Brokaw es un viejo amigo de Acuarela y del Tanned Tin Ha venido en solitario (presentando su álbum «Incredible Love», editado por nosotros), acompañando a Viva las Vegas, proyecto paralelo de sus amigos de Manta Ray (de quienes también publicamos un Split EP que se reeditó varias veces), o junto a Geoff Farina (y Christina Rosenvinge) interpretando canciones del folklore norteamericano de postguerra. O dos veces tocando la batería en Bedhead (junto a los hermanos Kadane). La penúltima vez lo hizo en los más de “60 minutos de rabia, guitarras y rock” que nos deparó la exclusivísima reunión de Come, donde al lado de Thalia Zedek nos ofreció una de las actuaciones más recordadas de la historia del Tanned Tin. Fue en 2008.
Pensé que sería algo irrepetible, pero cuando hablé con Chris el pasado mes de febrero, en la última edición del festival, me habló de la reedición de “Eleven:Eleven”.
A partir de entonces todo vino rodado. Lo comenté también con Antonio Luque (qué estaba en el Tanned Tin sustituyendo a Jota de Los Planetas), y con Julie Doiron (igual). Fue sumar a The Orchids (grandes triunfadores de la edición del 2012) y voilá.
Un poco accidente, un poco suerte. Pero al Primavera Sound le interesó la propuesta, y nos ofreció albergar el evento, de forma individualizada, en la Sala Barts. Un sitio precioso para un cumpleaños.
Y allí lo celebraremos.
Ilustración de Jesús Llorente: Pablo Gallo