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«La música pop a priori es muy limitada, con estructuras y posibilidades melódicas muy claras, pero al arreglarlas todo se amplía hasta el infinito»
El bajista de Mittens, Guillermo Farré, está de vuelta con su proyecto personal Wild Honey. Hablamos con él antes de que echen a andar sus conciertos de presentación para que nos explique los pasos dados al frente en este segundo disco.

/Entrevistas///

Con tu debut en largo de 2009 la principal pregunta que surgía era qué y quién es Wild Honey. Una vez arrancado tu proyecto, con otros Ep´s que han ido dejando pildorazos y remixes en estos años, la pregunta es ¿quiénes sois Wild Honey hoy en día? ¿Sigue siendo tu proyecto personal o hay cabida para algún personaje más en esta historia?

La idea de montar Wild Honey surgió como una manera de hacer música a mi ritmo tras llevar muchos años tocando en grupos. Tocar con gente tiene cosas alucinantes, pero al mismo tiempo es difícil que todo el mundo se implique al mismo nivel y vaya a una dirección determinada. Wild Honey en principio era un proyecto de habitación, quería limitarme a grabar canciones en casa, probar arreglos y experimentar cantando yo los temas, que nunca me había atrevido a ello. Es en el momento en el que surgió la oportunidad de trasladar esas canciones al directo cuando Wild Honey deja de ser algo 100% personal, ya que todas las personas que colaboran conmigo acaban aportando cosas a la música. Por ejemplo, la mayoría de las bases rítmicas de «Big Flash» las han grabado Diego Blanco y Javier Lorente, que han ayudado a definir el sonido final que tiene el disco.

 

Sin querer comparar ambos proyectos ni sus trayectorias, me da la sensación de que Wild Honey, que arrancaba como el divertimento del bajista de Mittens, se ha terminado convirtiendo en la banda principal para Guillermo Farré, y que su popularidad y relevancia se ha comido un poco lo que era tu banda primigenia. ¿Cómo llevas esta dualidad respecto a tus dos bandas?

Pues es que ahora mismo Mittens estamos completamente parados, ya que Anita se fue a vivir en Berlín y eso hace que no nos planteemos tocar o grabar canciones a corto o medio plazo. Sigo tocando con gente, ahora he sacado un 7” con Teacher Teacher, el grupo que tengo con Cristina y María (que también colaboran con Wild Honey en directo). Seguir tocando en bandas más allá de Wild Honey es algo con lo que disfruto y aprendo muchísimo, y que por lo tanto no quiero dejar de hacer.

 

Para quién no conozca a ninguna de las dos bandas, ¿qué rasgos les explicarías y definirías como definitorios de Wild Honey respecto al sonido de Mittens? ¿Cuáles son las señas de identidad de este proyecto que le diferencian de tu otra banda?

En Mittens éramos cinco músicos y al final tiras por aquellos puntos de unión que compartíamos. Con Wild Honey, si me apetece hacer una intro de una canción que parezca un breakbeat de una canción de rap, me puedo dar el gustazo. Tratando de que no sea un pastiche, me gusta probar cosas diferentes y arriesgar con aspectos de producción y de sonidos que a lo mejor en un grupo con más personas no siempre encaja.

 

Centrándonos en tu nuevo trabajo, “Big Flash”, parece que hayas tratado de alejarte de ese folk-pop delicado de tu anterior obra para expandir tu sonido hacia otras coordenadas, y crecer quizás también como creador en tu proyecto personal. ¿De ahí tu interés en contar con alguien como Tim Gane de Stereolab?

Totalmente. El primer disco lo grabé en casa sin tener ni idea de temas técnicos. Lo hice preguntando a amigos y leyendo foros de grabación. Me di cuenta de que al final, si tienes una guitarra y un banjo para grabar un tema, pues tienes muchas posibilidades de que acabe sonando más folk que otra cosa. Me planteé el nuevo disco como un aprendizaje: quería trabajar con alguien con experiencia, en el que confiara a ciegas en el punto de vista musical, y que me permitiera ampliar la paleta de sonidos con la que estaba trabajando hasta ese momento. Se me ocurrió la opción de Tim Gane, y me pareció la persona perfecta. Lo que no imaginaba es que pudiera ser posible, ya que en un primer momento era solo un sueño poder trabajar con alguien como él.

«La música pop a priori es muy limitada, con estructuras y posibilidades melódicas muy claras, pero al arreglarlas todo se amplía hasta el infinito» - Wild Honey

¿Cómo ha sido trabajar con toda una eminencia como él? ¿De verdad la historia de cómo llegaste hasta él fue tan espontanea como se cuenta? Porque teniendo en cuenta que es su primera producción al margen de Stereolab, sin duda es todo un logro.

Piensa que con un proyecto como Wild Honey, donde yo me costeo todo, no puedo ni plantearme grabar en un estudio profesional, y menos pagar a un productor reputado. Leí una entrevista con Tim Gane en Wired en la época en la que lanzó “Chemical Chords” de Stereolab, y vi que uno de mis músicos favoritos de todos los tiempos tenía un método de trabajo muy similar al que yo tenía, salvando las distancias claro. Dar con él no fue sencillo, pero luego escuchó mi primer disco y le pareció interesante la experiencia de producir el nuevo. Recientemente había estado trabajando con Atlas Sound en lo que iba a ser el segundo disco de Bradford Cox, pero parece ser que la cosa no salió muy bien. Así que tras escuchar “Epic Handshakes And A Bear Hug” la única condición que me puso es que teníamos que conoceros antes de comprometernos a nada. Pasé un fin de semana en Berlín viendo su estudio, charlando de música y de mil cosas más, nos caímos bien, y de ahí salió todo.

 

Y el tema de las canciones, ¿las llevabas muy trilladas y claras de aquí, o aprovechaste la presencia de alguien como Tim para experimentar y dejarte llevar por lo que él te aconsejase una vez estuvieses allí?

Hay un poco de todo. Llevaba demos de dieciocho canciones donde estaban sugeridas estructuras, arreglos e intención de todas ellas. Hay temas que se quedaron muy cerca de lo que yo llevaba pero grabados con otros instrumentos, y luego hay otras que sí que dieron bastantes giros. Por ejemplo, yo tenía en la cabeza utilizar guitarra acústica lo menos posible, pero a Tim le parecía un elemento básico de las canciones y me animó a que siguiera siendo la base de muchos de los temas. Tengo un montón de demos que me gustaría ir subiendo a internet en los próximos meses, pues es interesante ver el punto de partida y luego cómo quedaron finalmente.

 

En principio la idea parecía que era que el disco saliese para después del pasado verano, ¿a qué se ha debido el retraso? Supongo que teniendo el disco ya grabado desde hace tiempo estarías impaciente de que llegase su lanzamiento…

Tuve una crisis justo después del verano, cuando el disco se supone que estaba acabado, ya que había cosas de la mezcla que no me convencían. En ese punto no sabía si la insatisfacción era por haber perdido completamente la perspectiva tras haber estado trabajando tantos meses en las canciones, o porque realmente la mezcla podía mejorarse. Decidí tirarme a la piscina y remezclar parte de las canciones, por lo que el disco se tuvo que retrasar unos meses. Ahora, con el disco ya acabado, me parece que fue la decisión correcta, pero en el momento fue algo bastante duro por las implicaciones económicas que tenía algo así y porque podía entrar en una espiral de remezclar hasta el infinito.

 

¿Con qué músicos y amigos has trabajado en «Big Flash»? Leí que en algún momento que Andy de The Shellac Family, y Almudena de Las Escarlatinas, han estado echando un cable. ¿Alguno más?

A parte de Diego y Javi, que se encargaron de la base rítmica, Anita Steinberg, la cantante de Mittens, hace coros en muchas canciones. Han sido las tres personas que más han estado implicadas en el disco, y también me iban dando feedback sobre las canciones, algo que me ha ayudado muchísimo. Luego Andrés Cruz, que tocaba en la Shellac Family, grabó violines, y Almudena Villalba de Las Escarlatinas grabó una flauta travesera en “My Memory May Also Be A Wish”.

 

Si por algo destaca la música de Wild Honey, además de por sus ensoñadoras melodías, es por la cantidad de arreglos de todo tipo que se escuchan en tus composiciones, ¿cómo llevas el ser tan detallista? Porque tiene toda la pinta de acarrearte un trabajo tremendo, pero a su vez esas pequeñas cosas parecen ser la clave de tu sonido, ¿no?

Creo que la parte de arreglar canciones es con la que más disfruto a la hora de escribir o de grabar. Siempre digo que la música pop a priori es muy limitada, las estructuras son muy claras, las posibilidades melódicas también, pero a la hora de arreglarlas todo se amplía hasta el infinito, puedes llevar una misma canción a que suene a los Go Betweens, a Rhianna, o a Merle Haggard. Como no tengo formación clásica, al final trabajo a base de prueba y error, cada canción acaba pasando por diferentes fases hasta que doy con el arreglo concreto.

 

Hay en esos teclados, órganos, y sintes, todo un aura que no se sabe muy bien si torna hacia el sueño o la pesadilla. Como a medio camino. Hay algo fantasmal que, unido a tu forma de cantar en algunos temas, a mi me ha traído a la cabeza a un artista que no suele nombrarse entre tus influencias. Se trata de Elliott Smith, y yo definía vuestra relación musical algo así como si Elliott no le hubiese tocado ser un depresivo. ¿Es una influencia para tu música en Wild Honey el artista de Omaha?

Soy muy fan de Elliott Smith desde hace muchísimos años. Lo descubrí cuando publicó “XO”, y en su día me volvió completamente loco. Sigo escuchando muchísimo sus discos, me encanta su manera de cantar, como suenan sobre todo sus últimos discos, y los ecos que se escuchan en su música de Big Star, Zombies, o de los Beatles del disco blanco. Quizás no nombro mucho a Elliott Smith pero porque doy por hecho que se nota bastante. Siempre me sorprende que la gente hable de la música de Elliott Smith como algo oscuro, ya que la veo muy luminosa. Siempre con ese toque fantasmal que comentas, pero cercana tanto al soft pop como al folk inglés.

 

¿Y qué banda actual crees que se cuela más en vuestro sonido? Algo que realmente te interese de lo que se está haciendo ahora mismo. A mí se me viene a la cabeza, aunque siendo estos claramente más excesivos en sus planteamientos, a los australianos Tame Impala…

Tame Impala me parecen alucinantes. Creo que son mi grupo favorito de la actualidad, me muero por verles en directo. Está claro que se acercan a terrenos más pesados, pero hay canciones suyas, o producciones como la del disco de “Melody’s Echo Chamber”, que me gustan mucho y que son claramente una referencia para mí. Escucho mucha música actual, los dos discos de Neon Indian me gustan muchísimo, todo lo que hace Caribou, el último disco de Ducktails lo llevo escuchando sin parar varias semanas… vivimos un momento increíble para la música, no paran de salir discos muy interesantes de gente que usa referencias clásicas pero que al mismo tiempo trata de aportar cosas nuevas a nivel de producción, que se atreven a mezclar diferentes estilos…

«La música pop a priori es muy limitada, con estructuras y posibilidades melódicas muy claras, pero al arreglarlas todo se amplía hasta el infinito» - Wild HoneyMe encantó la versión que hiciste para Las Islas de Robinson de Radio 3 de Pete Dello. No siendo la primera vez que juegas con este tipo de versiones y homenajes, ¿crees que es importante dar estas pequeñas golosinas y rarezas a los fans con el fin de buscar otras caras del artista?

Más que golosinas para los seguidores de Wild Honey son ejercicios con los que yo mismo disfruto muchísimo y con los que puedo probar mil cosas. Hace unos años hicimos un par de conciertos tocando solo versiones de Beach Boys y varias navidades hemos tocado en directo el disco de villancicos de Phil Spector. Hacer versiones y tocar el repertorio de otros grupos es un aprendizaje brutal. No hay mejor manera de aprender a hacer canciones que bucear en los cambios de acordes, o desglosando las armonías de voz de una canción de los Beach Boys, por ejemplo.

 

Y el tema de los medios especializados, y la escena independiente en general, ¿cómo lo ves a día de hoy? ¿Parece que poco a poco, y a pesar de la crisis, la escena nacional va cobrando más importancia y mejora sus infraestructuras, o sigues siendo pesimista respecto a la situación musical en nuestro país?

Hombre, a nivel de circuito de salas y de directo está todo muy parado. Fuera de las grandes ciudades no existen apenas salas con buen sonido, y seguramente no haya tampoco mucho público para la cantidad de bandas que hay. Me da la sensación de que hay un pequeño grupo de bandas grandes y luego directamente el grueso de bandas que son totalmente underground. No existe una clase media y me da la sensación de que la razón es la falta de infraestructura para ello. Ves países como Suecia y es justo el caso contrario, parece que tienen una clase media de bandas infinita, y eso da mucha envidia.

Quitando esto, creo que hoy día hay más grupos interesantes que nunca, no paran de salir discos que me encantan, creo que el nivel de las producciones ha mejorado de manera abismal en los últimos años, y hay muchos sellos sacando cosas interesantes. Así que me parecen dos cosas diferentes: la música pop no tiene el estatus que otras expresiones artísticas, las estructuras para tocar en directo son muy pobres, pero a la vez hay mil cosas interesantes, muchísima gente escribiendo blogs y millones de maneras de acceder a música chula.

 

¿La relación con Lovemonk ahora que estrenas tu primer largo con ellos te ilusiona? ¿Parece un sello que cuida tanto de sus artistas, como de las propuestas que elige para publicar?

Tengo mi propio sello, Lazy recordings, e intento controlar todo lo que hay detrás de publicar un disco. Al igual que me puede gustar leer sobre Os Mutantes, también me gusta la historia de las grandes discográficas que tengo como referencia, así que el tener un pequeño sello es también una manera de jugar a replicar a nivel microscópico todo eso. Pero está claro que tienes limitaciones, como la distribución, la promoción, o la búsqueda de conciertos. Conocí a la gente de Lovemonk casi de casualidad y son gente estupenda que les encanta la música y que al mismo tiempo trabajan de manera muy seria y apasionada. Colaborar con ellos en el nuevo disco es un lujo, se encargan de muchas de las cosas a las que yo no llego y respetan totalmente la manera que tengo yo de hacer las cosas.

 

Por último cuéntanos un poco como se presenta la presentación de este “Big Flash”. ¿Tienes muchas fechas por salas cerradas? ¿Circuito de teatros que tan bien le va al sonido del disco? ¿Festivales?

Presentamos el disco el jueves 25 de abril en el Teatro Lara de Madrid. Me parece el sitio perfecto para presentar «Big Flash» y estamos trabajando para que sea una noche especial, ya que seremos siete músicos en el escenario y en la situación actual es difícil que se den las condiciones para repetir algo así. A parte de esta fecha no tengo cerrado nada más, espero que vayan saliendo cosas poco a poco.

 

Muchas gracias por atendernos, y suerte con el lanzamiento de este nuevo trabajo.

¡Gracias a vosotros!

 

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