Lo primero por lo que querría empezar, ya que me ha llamado la atención, es por el título de este nuevo disco. Un claro y conciso: Eric Fuentes, Barcelona. ¿Por qué algo tan simple y rotundo?
No es un disco conceptual, ni tiene un espíritu narrativo especialmente marcado, pero sí que está inspirado en una lección vital que he sacado en los últimos tiempos en mi vida personal, y que se basa en la idea de que a veces cuando las personas nos enamoramos podemos confundir el amor por alguien, con el amor por el proyecto de vida inherente a dicha persona. En este caso hablo de una chica que vive en un pueblo y que decide marcharse a la gran ciudad. Allí se enamora de un chico, y es en esa relación donde poco a poco empieza la confusión entre el verdadero amor hacia él, y el amor hacia todo lo nuevo que está viviendo. La ciudad aquí es Barcelona, y el personaje soy yo. A partir de ahí surge un poco el dilema: ¿de quién estás enamorada? Tratándose a ratos de momentos autobiográficos, pero sobre todo de ficción.
Esto por un lado. Por otro, también está el hecho de haber reunido a tantos colaboradores de la ciudad de Barcelona.
Se puede decir, por lo tanto, que es una especie de homenaje a tu ciudad y a su escena.
Sí, es una buena palabra para definirlo. Rodearme de gente como Joan Colomo, Víctor y Santi García, Wences, Guillem… es una especie de homenaje a toda esa gente de la que me he rodeado desde hace tantos años. Además era algo que no había hecho nunca porque siempre me había parecido que el tema de las colaboraciones era algo que se hacía como un truco promocional y, después de que el disco anterior lo grabásemos dos personas encerradas en un zulo, ahora me ha apetecido hacer lo contrario. Es decir, llevar a cabo algo maximalista e invitar a todo el mundo. Voy a hacer una fiesta y que participen todos mis colegas músicos de Barcelona.
Aunque he de decir que también hay una razón más prosaica, y es que yo en Internet desde hace años elegí como nombre Eric Fuentes Barcelona, de forma que la ciudad es mi segundo apellido. Es como un círculo que se cierra, lo de haber nombrado al disco así.
¿Cómo fue la cosa a la hora de elegir las colaboraciones? ¿Una vez hechos los temas buscaste el colaborador que mejor le iba, o algún tema ya lo compusiste pensando en algún artista en concreto?
Pues mira yo intento por lo general que mis demos sean lo más completas posibles. Grabo todo y dejo para el final las voces y las letras, al ser esto lo que más esfuerzo me cuesta y lo menos vocacional para mi. Ya que una vez que tenía las canciones pedía a cada colaborador que escribiese la letra con total libertad y que la cantase, un poco siguiendo las pautas melódicas y los nananas que yo le había pasado. Así también me servía de ayuda, porque hacer letras para 30 canciones… (risas)
Pero, ¿les dabas pautas sobre la historia de la que antes hablábamos, o ni siquiera?
A ver, todos sabían más o menos de qué iba la cosa, pero tampoco se han ceñido cien por cien a ninguna pauta. Ramón (ndr: Más) por ejemplo, en “Parlar Per Parlar” sí se ha ceñido a la noche barcelonesa y a cómo nos pasamos las horas en los bares debatiendo sobre todo, pero luego tienes a Colomo que me dijo: pues como te gustan tanto los chavales y siempre hacías de monitor de colonias, pues he hecho una que hable de niños (risas). Y luego Raemon (Ramón Rodríguez) no sé qué le dio con una historia sobre una chica carnicera que te despieza… supongo que intuyendo la idea de desamor que en parte reina a lo largo del disco.
A la hora de integrarlas en según cuál de los tres cd´s, ¿cómo ha sido el proceso? Yo veo claramente un primer disco más variado y cantado casi en su totalidad en catalán; un Cd 2 que es más rollo Unfinished, y donde el inglés prevalece; y un tercer disco donde salen a relucir los experimentos gobernados por sintes, teclados y aires 80´s. ¿Componías las canciones con la idea de que fuesen a uno u otro, o según salían las ibas integrando?
Tengo montones de papeles con posibles órdenes para el disco, así que todo ha sido más como un puzzle que iba haciendo según se iban cerrando las canciones. Por ponerte un ejemplo, pasa que la que te gustaba mucho al principio y la veías como posible apertura, luego acaba siendo la ocho del disco tres porque no suena en la mezcla final como pretendes que suene la primera canción del disco.
Supongo que en un disco triple habrá sido dura la tarea entonces.
Pues si te digo la verdad ha sido algo con lo que he disfrutado mucho. Horas y horas de combinaciones posibles, de mirar los títulos viendo cómo quedan unos detrás de otros… Para mucha gente esto a veces es una tortura, y esa parte freak casi informática no suele gustar demasiado a muchos de mis amigos y conocidos músicos, pero a mí el juego mental de resolverte la ecuación, de dar forma al disco, me encanta llevarlo a cabo.
En cuanto al idioma, pese a que sigue habiendo muchos temas en inglés, y alguno en castellano, parece que el catalán se impone. Da la sensación de que cada vez te sientes más cómodo escribiendo en tu lengua local.
Sí, yo creo que ahora mismo es como más cómodo me siento. Pero es una lucha que tengo desde que empecé a cantar, porque aunque creo que es más interesante y más auténtico expresarte en tu lengua, mi educación musical en inglés es tan grande que de primeras lo que me sale es componer en esta lengua. Y hay una parte de industria discográfica que me hace reflexionar mucho, y que gira en torno a qué le interesa más a mi público. Yo me siento igual de realizado componiendo en catalán, en inglés, o incluso en castellano, que también ando flirteando últimamente. Para mi es todo lo mismo. La cuestión que me hace darle vueltas a este tema es la transmisión final de mi mensaje ¿a quién va dirigido?, ¿cómo lo estoy diciendo para que se me entienda? Y es ahí donde creo que cantar en inglés en España es algo que cada vez interesa a menos gente. Se ha desarrollado el rock en idiomas locales y a pesar de ello yo me sigo resistiendo un poco a aceptar esta tendencia. Y es que no quiero aceptarlo simplemente porque sea la moda, si no porque realmente me salga hacerlo así.
Al final prima por encima de todo lo que a ti te interesa. De igual modo que no te paras a pensar si un disco triple es mejor o peor de cara a su lanzamiento, simplemente te sale así. Y parece que has alcanzado la madurez y la seguridad necesaria en tu obra para hacerlo tal cual te venga.
Eso es. Si buscase lanzar un producto de fácil consumo optaría por otro estilo musical ya de primeras.
Y tocar el ukelele
Calla, calla, que con lo que yo he rajado del ukelele, ahora que a Colomo le va bien con ello hay que estar calladito (risas)
Por otro lado, no hace ni un año que publicaste disco nuevo. Ahora publicas de golpe treinta canciones. ¿No te da miedo llegar a saturar a tu público?
Yo creo que ya lo está (risas), pero es que esto es un impulso natural mío y no puedo refrenarlo. Saco uno triple porque no me dejan sacar otro en medio año. Si algo me sobra son canciones. Con una paleta de recursos limitada, pero yo podría sacar cuatro o cinco discos al año.
¿Cuándo compusiste estas treinta? ¿En los meses entre Cooper And Gold y éste, o tenías ya algunas del pasado?
No, no, yo tengo una carpeta en el ordenador que suele tener entre 250 y 300 “cosas”. Se me estaban acumulando demasiadas canciones y necesitaba sacar una gran pala de ellas, pues yo disfruto creándolas y produciéndolas, pero necesito compartirlas. Así que voy ordenando todas mis demos en carpetas, esto más electrónico aquí, esto más rockero aquí, aquí unos riffs de bajo, texturas de teclados… voy ordenando todo y de ese trabajo diario he recuperado las que he creído convenientes para este trabajo.
Para elegir un single va estar difícil ¿eh?
(Risas) De momento hemos hecho tres singles de adelanto y han sido pensados y escogidos a conciencia. Primero “Superpowers I Had”, que es la primera del Cd 3, porque es de las más elaboradas musicalmente, y también algo distinta a lo que suelo hacer. Siempre se relaciona mi sonido con EEUU, y aquí prevalece una esencia inglesa que resume en general el sonido del disco. Luego vino “Amb l’aigua al Coll”, que es la segunda del primer Cd, y que me gustaba porque la veo redonda, radiable, para todos los públicos… un tema clásico. Y por último, el tercer single ha sido la primera del Cd 2, “Future Lovesong”. Recupera el sonido Unfinished, y va un poco dirigida a los nostálgicos.
¿En qué registro se siente más cómodo hoy en día Eric Fuentes? Porque en este álbum hay hasta una especie de spoken word…
Pues estoy un poco revivalista del sonido que me llevó a empezar Unfinished Sympathy. Es decir, todo el emo y post hardcore de los 90´. Si tuviera que empezar un grupo nuevo me ceñiría a Sunny Day Real Estate, The Promise Ring, The Get Up Kids, Samiam, Jimmy Eat World…
¡Pero esto es la señal de que Unfinished vuelven!
(Risas) No, no, no ¡Qué va! ¡En absoluto! Ahora mismo la banda está deshecha y por el momento no me llama la atención lo de las reunificaciones. El otro día leí un artículo sobre 20 bandas que no deberían reunificarse. No recuerdo ahora cuáles salían… Fugazi, Jawbreaker, y bueno, muchas otras. Ahora que todo el mundo se reúne mi reacción ante todo eso es ponerme a la contra. Si todo el mundo se junta, el que nosotros no lo hagamos, creo que hace subir nuestro caché. Y no te hablo a nivel económico, si no a nivel artístico y de culto. Por lo que me parece más valioso mantener ese as en la manga.
Al fin y al cabo mi puesta en escena es la misma que con Unfinished. Me enchufo, cierro los ojos, y no sé si tengo a alguna de las ocho personas que pasaron por la banda, o si tengo a El Mal (ndr: su banda de acompañamiento en su debut en solitario). Mientras tenga este proyecto voy a seguir adelante con lo que vengo haciendo, y a nivel de éxito la última etapa de Unfinished teníamos el mismo, mucho o poco, éxito que tengo ahora como Eric Fuentes. Por lo tanto no me planteo nada en torno a una posible reunión.
Has versionado en el pasado a artistas que van desde Sinatra a Bad Religion, y aquí vuelves a hacerlo con Jaume Sisa (“A Sota d´alzina”) The Nerves (“Hanging On The Telephone”) y Polansky y el Ardor (“Ataque Preventivo de la URSS”). ¿Tienen algo que ver con la historia o simplemente las has introducido porque te gustaban?
No, eran canciones que las venía tocando en directo desde hace años y me apetecía tenerlas registradas en estudio. Y la de Sisa, que es un cantautor catalán, quería hacerla con un riff stoner, y llevarla un poco al terreno de Black Sabbath. Creo que las versiones siempre vienen bien para desengrasar un poco y ofrecer al oyente un soplo de aire fresco que le quite algo de seriedad a tu propia obra.
¿Y cómo llevas el que quizás hoy en día sean otros los que versionen tus viejas canciones? ¿Cómo se acepta el ser alguien influyente para nuevas bandas?
Pufff, pues creo que no lo he debido haber procesado todavía (risas). En cualquier caso, creo que entre las personas esto es algo habitual en todos los ámbitos, así que en la música es aún más normal. Admiramos a unas personas, y mientras tanto otros nos admiran a nosotros. Siempre es así, y está bien servir de influencia a otros. Ya con el primer disco de Unfinished nos vino un grupo a decir que hacía una versión nuestra y era como ¡hostias! Yo que he admirado a tantos grupos pues también puedo ser admirado por mi música.
Cambiando de tema, quería comentarte tu colaboración en el libro editado por Ramón Rodríguez, Memorias Sónicas, que se basa en relatos escritos por músicos en torno a un disco que les marcó su vida. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Te sentiste cómodo escribiendo algo más allá de canciones? Me pareció muy divertida y tierna tu historia de infancia sobre aquel disco de los Maiden, y el cómo acabaste trabajando para aquella tienda de discos de la calle Tallers.
La verdad es que fue muy bien la cosa porque llevo ya mucho tiempo escribiendo y he publicado cosas en prensa desde hace años, por lo que me siento cómodo también en este papel. Ramón me encargó este trabajo porque le gusta cómo escribo. Y bueno la historia que cuento es totalmente cierta, no tiene nada de ficción, y es muy buena de por sí, por lo que en este caso no tiene mucho mérito (risas).
Ahora creo que vuelves a currar en una tienda de discos, en este caso la de Bcore, ¿no?
¡Sí! Yo es que tengo una vocación de tendero. Me encanta ponerme en el chiringuito y vender el merchan.
Después de tantos años en esto de la música, y habiendo currado en tiendas de discos, no quiero ni pensar en el tamaño de tu colección de vinilos.
Es un horror. Lo mejor que podría hacer es venderlo todo y sacarme un buen fajo de billetes (risas). Mucho dinero invertido… pero bueno, al menos si paso hambre en el futuro cojo y vendo todo el lote y a tomar por culo (risas).
Y del directo, ¿qué podemos avanzar? ¿Qué banda te acompañará?
Cero información al respecto puedo darte. Esta vez quiero separar la salida del disco, dedicarme a la promo, que la gente lo escuche bien, que se conozca, y después cuando el público ya esté listo para disfrutarlo en directo, salir a presentarlo a saco. Y quiero hacerlo así porque es lo contrario a lo que he hecho siempre, que ha sido tocar, tocar y tocar. A partir de verano empezaremos a hablar en serio de ese tema.