AVISO: Esta es una lista 100% subjetiva elaborada hace años que no pretende ser una guía para nadie sino mostrar algunos de los discos que marcaron un contacto personal con la música y/o representaron un cambio dentro de la industria musical. Por tanto no hace falta que nadie diga que faltan Faith No More, R.E.M., Fugazi o Zapato Veloz que su no inclusión no quiere decir que no sean reconocidos.
NIRVANA – Nevermind
Debería negarme a hacer un comentario de este disco, porque si le alabo todo lo que se le debe, habrá quien dirá que hay grupos que se merecen más los elogios. Por el contrario, si le critico algún aspecto por nimio que sea, se me echaran encima todos cuanto lean esto. Como yo entraría también en esta categoría de fan talibán, optaré por la primera opción. Nevermind descubrió un filón; la combinación de la melodía con la crudeza de riffs guitarreros que asociaban el pop con el punk y el heavy más sucio y con letras surrealistas y desesperadas. Pero la parte intelectual de las letras de Cobain no perduró y así surgieron cientos de grupos que no hacían más que lamentarse por nada en sus canciones y otros que escudados en ese sonido, escribían textos intrascendentes. Nevermind, supuso un cambio de enfoque respecto al excepcional Bleach. Abandono en buena parte del punk y abrazo a la melodía, lo que supuso al fin y al cabo pasar del underground al mainstream.
No puedes decir que eres aficionado a la música sin tener este disco. Da igual el rollo que lleves porque al fin y al cabo, gracias a Nirvana la fusión del rock con otros estilos ha llegado al gran público y quizá ahora no todo el mundo conocería a RATM, Radiohead o a Prodigy. Además nos libró de la mediocridad en la que había caído el prepotente rock mainstream del momento. Gracias a ellos pudimos conocer a pioneros de este tipo de sonoridades como Mudhoney, Sonic Youth, Melvins o Pixies. Desde aquel trallazo de los 90, Smells Like Teen Spirit, pocas canciones se han oído en MTV con tanta sangre. La espeluznante Something in the way, la melodía ácida de Come as you are, la explosión punk de Territorial Pissings, himnos sinceros como On a Plain o Lithium, el relato de una violación en Polly, etc, etc, etc. Demasiado disco para una época de estancamiento creativo, al menos en lo que al rock comercial se refiere. Ahí estaba el underground, para salvar la papeleta de la industria en el último momento. A pesar de cierto recelo por su repentino éxito en un primer momento, el tiempo aunque Cobain no haya podido verlo, casi nadie se atreve a decir nada malo de ellos, ya sean colegas de entonces (Red Hot Chili Peppers, Sonic Youth, R.E.M, RATM), reacios que recapacitaron (Blur, Offspring, Pavement) y sobre todo nuevas generaciones marcadas por el estigma del grunge (Fear Factory, Deftones, Incubus, Slipknot, Muse…). Y la historia continua.
PEARL JAM – Ten
Otro de esos discos sagrados. Al igual que con Nirvana, es difícil decir si este fue su disco más significativo. Estaría reñido con el posterior VS, aunque también hay quien opina que sus obras cumbres llegaron con la madurez. Pero Ten recuperaba el rock al estilo clásico para la generación grunge y post-grunge de los 90, hasta el punto de convertirse en un innegable disco de culto. Alive fue todo un himno generacional, una de las canciones más reconocidas de la década, pero además trae otras «perlas» como las rockistas Even Flow, Once, o Porch. También encontramos la escalofriante Oceans que pone el vello de punta, la épica balada Garden y Release, que marca las señas de identidad de las canciones más relajadas de los posteriores discos. Por su parte, temas como Jeremy demuestran el potencial de la voz de Eddie Vedder, mientras Black se convierte en todo un himno generacional que parece ganar con el tiempo. Ten es la base para lo que sería, esta vez afortunadamente sí, una larga carrera discográfica que aun no ha llegado a su fin (y esperamos que así sea mientras sigan teniendo algo que ofrecer) y que ha escrito algunas de las páginas más importantes del rock de la pasada década.
RED HOT CHILI PEPPERS – Blood Sugar Sex Magik
A la hora de elegir el mejor disco de los Chili Peppers, la propuesta se dividiría entre Mother’s Milk (más punk), Californication (más limpio y comercial) y Blood Sugar Sex Magik, el disco que nos ocupa, grabado antes de la marcha temporal de Frusciante. Se trata de uno de los discos que mejor asimila la fusión del hard rock con el funk y toques de hip-hop, sentando patrones de un modelo muy explotado posteriormente. Quedarán para la historia temas como Under the bridge, una de las baladas de la década, o la agitación de Give it Away. Se nota un grupo compenetrado, en especial los bajos y guitarras inconfundibles y un Kiedis pletórico. El disco nos deja temas tan palpitantes como Naked in the rain o The Greeting Song, tan emotivos como Breaking the Girl o tan flamígeros como The power of equality, The Righteous and the Wicked o el que da título al album. La fuerza de este disco es desde todas las perspectivas, asombrosa. Algo de lo que dan cuenta la multitud de anuncios que han utilizado su música en todos estos años. Una locura de disco, adictivo, divertido y de calidad ¿se puede pedir más?
RAGE AGAINST THE MACHINE – Rage Against the Machine
Antes de sonar en cualquier verbena , Killing in the Name, junto con Bombtrack, Wake Up, Bullet in the head y un puñado de temas que componían el debut de Rage Against The Machine supuso algo realmente grande en el devenir del rock/metal alternativo. Fue un disco rompedor que si bien no inventaba el crossover, lo ponía en letras grandes, conectando con la juventud de medio mundo occidental gracias a sus soflamas anticapitalistas, antireligiosas, antiracistas, concienciadas con la igualdad, la lucha proletaria y la anti-globalización. Un disco revolucionario, incendiario y muy dañino para el sistema, que se presenta como tal desde la portada en la que un monje tibetano aparece quemándose a lo bonzo. Fueron probablemente el último gran grupo de denuncia social en el rock, discípulos a partes iguales de los grandes grupos de punk, hardcore y metal. Este homonimo fue su disco más metálico y perfectamente engrasado con groove hip-hopero. La voz afilada de Zack de la Rocha se lucía en sus rimas acusadoras, mientras Morello renovaba el hard-rock con sus innovadores sonidos de guitarra. En lo musical, sin él no concebimos la existencia de grupos como Korn, Papa Roach, Linkin Park o Limp Bizkit. En fin, una obra maestra no superada por sus posteriores 3 trabajos, que no bajan tanto el nivel como podría pensarse.
PAVEMENT – Slanted and Enchanted
¿Hubo vida en el rock indie americano tras Pixies y Sonic Youth? Por supuesto, se llamaban Pavement y eran un grupo de gamberros que facturaba un pop-rock atonal, caótico, en el que lo de menos era el dominio de los instrumentos o la armonía. Su debut y obra maestra fue este disco, muy reñido con su posterior «Crooked Rain, Crooked Rain» no hay demasiada distancia, pero sí con el resto de su carrera en la que maduraron de forma innecesaria, quitándole al grupo casi toda la gracia. Stephen Malkmus y compañía nos enamoró con su collage casi amateur de pop-rock alegre con querencias punk (ojo, no hablo de hardcore melódico) , distorsionado como pocos que se deja ver especialmente en temas como Summer Babe (winter version), No Life singed her, In the mouth of a desert, Loretta´s Scars, Two States o Perfume-V. Aunque no se fijaron en ellos, ni falta que les hacía, si es verdad que compartían influencias con Nirvana y el propio Malkmus, llegaría a autodefinirse más tarde como «unos Nirvana no metidos en el panorama metálico» (?). Todo les salió redondo aunque áspero en este disco, tanto cantando, gritando, berreando o simplemente hablando sobre un colchón lo-fi de bajos y guitarras desafinadas. ¿Como conseguir una mezcla de pop amable y noise hiriente? Pavement se sabían muy bien la lección en su momento y ahora son añorados.
WEEZER – Weezer
Si, si, amigos. Aunque parezca mentira, Weezer existían antes de que Timofónica se dignase a ponerles en un anuncio y a repetir su Island in the Sun hasta la saciedad. ¿Que no has oído nunca trallazos como Undone-The sweater song o Buddy Holly? Pues el debut de este cuarteto con pinta de empollones se sumerje en el surf, el punk-pop ramoniano y el noise-rock en su primer largo con un desparpajo alucinante. No en vano, sus colegas Sonic Youth son una de sus mayores influencias. Realmente divertido y muy contundente, esta banda nos deja en su mejor disco en mi opinión, algo discutible al escuchar «Pinkerton» o el disco verde. Me decanto por él gracias a temas tan dispares y efectivos como My name is Jonas, No one else, Surf Wax America, In the garage… melodías de power pop, distorsión e incluso puntuales guitarras metálicas en un disco que se hace muy corto. Y es que los Weezer están cerca de ser unos Ramones de los 90, amados por aficionados de diverso pelaje y con frecuencia objeto de versiones y homenajes. Soberbio.
SMASHING PUMPKINS – Mellon Collie and Infinite Sadness
Casi me niego a creer que aún haya alguien que desconozca las cualidades de este grupo y concretamente de este disco, pero en fin, uno tampoco nació con los clásicos de los 70 debajo del brazo. Uno de los 5 mejores discos del rock de los 90 sin duda. Y encima doble!!!! Es cierto que un disco se le quedaba pequeño al ego de Billy Corgan, pero no es menos cierto que, para ser justos, si hay algo que le sobra a este disco, son las 2 composiciones de James Iha, y ni eso. Un disco de barroco y surrealista diseño (ver portada y libreto), cumbre del rock alternativo de la década por mucho que Billy renegase de esa etiqueta. Los grandes temas: todos, pero se pueden destacar la rabiosa y grunge Bullet with Butterly Wings, la heavy Zero, la popie 1979, la distorsionada Love, la sinfónica Tonight, tonight, las extremamente metálicas x.y.u. y Tales of a Scorched Earth o la electricidad de Bodies. Separando lo mejor de lo peor, este doble daría para una obra maestra y otro disco notable. Aunque a posteriori es fácil decirlo, recuerdo haber pensado nada más escucharlo lo difícil que les iba a ser superar eso. Desgraciadamente, estaba en lo cierto. De todos modos, no tiene sentido lamentarse cuando el grupo nos ha dejado un discazo así y además del menos pretencioso «Siamese Dream» anterior, mi elección personal.
PRODIGY – Fat of the Land
Revolución sonora. Por mucho que Prodigy sólo hayan tenido una gran obra comercial, no hay que desmerecer su trayectoria con Experience y Music for the Jilted Generation, aún no tan sumidos en el universo del rock. Teniendo esto en cuenta es indudable que junto a sus contemporáneos Chemical Brothers, Prodigy encabezaron una revolución de la música electrónica en la que se fusiona con la música popular, en su caso con el rock en su vertiente punk y metálica y el hip-hop. Así, singles como los abrasivos Firestarter o Breathe nos despertaron a un nuevo universo descubriendo para muchos una música electrónica distinta del tan odiado bakalao. Eso además de tener nuestras cabezas danzando al son de los ritmos del breakbeat. Así, dichos singles nos introdujeron a un universo de potencia electrónica como la brillantez hip-hop de Diesel Power, espirales psicodélicas junto a Crispian Mills en Narayan, punk versionero de las L7 con la cantante de República en Fuel My Fire o la impagable Serial Thrilla. Sin Prodigy, no habría discos de remezclas de rock tal y como hoy las conocemos, ni sería posible la comunión de diferentes tribus urbanas bailando a un mismo son.
RADIOHEAD – OK Computer
¿Rock marciano bañado en electrónica emocional? Imposible definir el tercer largo de Radiohead. De lo que no parece caber duda es de que estamos ante uno de los discos más influyentes e innovadores de los 90. Radiohead dieron un puñetazo elegante a todos los grupos de brit-pop insulso que sólo buscaban engrosarse los bolsillos tratando de parecerse a los Beatles y sorprendieron a la crítica con un disco experimental como pocos con mayor querencia instrumental que sus anteriores entregas. Paranoid Android fue su tema de presentación y lo dice todo: melodías sintéticas, inquietas, salvajes riffs guitarreros y la voz de Thom Yorke que pone literalmente los pelos de punta. Un single de unos siete minutos, (muy comercial oiga) con un vídeo impagable. Pero el gran éxito les llegaría con Karma Police, una canción perfecta, a tenor de la respuesta de crítica y público ante un disco nada fácil como este OK Computer. Más temas, su tercer single, de corte bastante más poppie No Surprises, no por ello menos exenta de talento y belleza, Electioneering, quizá el tema más visceral y rockero del álbum, el suspense atmosférico y rítmico de Climbing Up the Walls… A todas luces un gran álbum de pop, de rock, de electrónica y de lo que se te ocurra, pero siempre melancólico. Aunque he de reconocer que me costó darme cuenta.
KORN – Follow the leader
A estas alturas no queda nada intelectual reseñar un disco de Korn como de lo mejor de la década. Pero hay que saber separar a Korn de su universo y satélites particulares, que han devenido en una pérdida de credibilidad para el grupo. Además, existe el tópico de que es un grupo de la MTV, un producto para adolescentes y esas cosas. Pero nadie será capaz de contradecirme en que Follow the Leader es un disco fundamental en la evolución del mundo del metal, tal vez no tanto de apertura musical sino de influencias. Así, Korn aparecen en escena considerando tanto a Metallica como a Duran Duran, sin rubor alguno. Y en este disco la clavan en su mezcla de metal rasgado y tortuoso y hip-hop rudo. Y lo hacen con la colaboración de Fred Durst (All in the Family), Pharcyde (Cameltosis) y Ice Cube (Children of the Korn), tres temas donde la voz de Davis empasta a la perfección con los raps. El sonido muy preciso y los efectos y samplers muy bien metidos, en una producción de lujo. A la par que se acercan al rap, también lo hacen al funk y a unos sonidos metal más suaves cercanos al grunge como muestran singles del tamaño de Freak on a Leash y Got the Life, dos auténticas bombas comerciales. Lo mejor, su frescura y el conseguir no cansar con sus atmósferas claustrofóbicas. Aunque para muchos la historia la hizo su primer disco, sin este tercero es imposible entender la avalancha nu-metal, para lo bueno y para lo malo. Portada de Todd McFarlane creador de Spawn.
NINE INCH NAILS – The Fragile
A NIN no le hacía falta un disco como este para entrar p r la puerta grande como pioneros del rock industrial. Pero Trent Reznor quiso desmarcarse de la propuesta machacona e inmisericorde de tan saturado sonido para crear una obra maestra y genialmente arriesgada. Un disco doble con temas instrumentales, ambientales, brutalidades ruidosas, rock comercial y anticomercial al mismo tiempo, electrónica bailable y aterradora, etc. Hacía unos cinco años desde la anterior entrega de NIN y Reznor utilizó este disco para exorcizar a sus demonios y se debió quedar a gusto. El disco funciona a modo de opera industrial, como un concepto global de las miserias de la humanidad, el amor y el odio. Las piezas reposadas crean un suspense en busca del tema duro que llegará inminente, creando un ambiente de pura banda sonora. Por reseñar las canciones con más pegada, las más «estandar» podemos hablar de Starfuckers, Inc, un tema en el que arremete con el por entonces enemigo, Marilyn Manson, We´re in this together, sencillamente genial, Complication, que bien podría ser de Chemical Brothers o Moby, la desafinada y adictiva The Big Come Down, la espiral hacia la descarga de No, You Don´t, la asfixiante Somewhat Damaged… Un disco de producción rigurosa y de resultado espectacular, sonido impecable y en el que si lo diseccionas puedes encontrar de todo, en serio, desde punk hasta blues o trip-hop, todo ello pasado claro está, por la chistera del amigo Trent.
DEFTONES White Pony
AT THE DRIVE-IN Relationship of Command
SYSTEM OF A DOWN Toxicity
QUEENS OF THE STONE AGE Songs for the Deaf
En construcción…