Con un poquito de antelación empezaron a tocar Lauren Harris, sobre el horario previsto. Si obviamos que esta chica no tiene ni voz, ni excesivo carisma en el escenario, y que el repertorio es más propio de David Hasselhoff, todo lo demás estuvo bien, en especial los mercenarios que acompañaban a la hija del bajista de los Maiden, sobre todo el guitarra. Mención aparte merecen las poses de todos los del grupo, en especial del luchador de la WWF que hacia las veces de batería, que se paso más tiempo casi de pie señalando, que sentado tocando la batería; los carteles de la banda, clavaditos a los de Operación Triunfo y el tipín espectacular de la Harris. Con todo, parece que el grupo gusto a la sala, porque hubo petición de más canciones.
Respecto a la banda principal, Within Temptation, antes de ponerse a contar el concierto, quiero hacer dos matizaciones al directo de la banda. Una de carácter subjetivo, y es por la que el grupo no me tira especialmente en disco, es que a veces tengo serios problemas para distinguir una canción de otra, porque hay una serie de canciones que ahondan excesivamente en la misma línea, tanto que me da la impresión de que tocan en cada concierto cuatro o cinco veces la misma canción. Otra y esta es de carácter completamente objetivo, es que hacen un uso y abuso de los efectos pregrabados que resta cierta credibilidad al directo de la banda. Por poner un símil, como en los saltos de gimnasia artística, por este motivo, la nota de partida nunca puede ser de diez.
Pero sabiendo ya, estas dos cosas de antemano, antes de asistir a La Riviera, todo lo demás es perfecto. El concierto se abrió con la caída de telón y con los coros pregrabados de “Our Solemn Hour”, con una Sharon Den Adel, como siempre estupenda por ella misma y estupenda a la voz, con esa facilidad que la caracteriza para interpretar y sus juegos de brazos al bailar. El escenario recreaba un castillo gótico y sobre el cielo se proyectaban imágenes que casaban perfectamente con los temas que se iban interpretando (yo tuve mi momento frikie particular, con la imagen del ojo de Sauron). Además la banda se muestra siempre muy cercana y muy comunicativa con el público. Antes del concierto nos encontramos con Robert Westerholt pululando entre lo buses como uno más e ídem vimos al teclista, durante el concierto de Lauren Harris, en la propia sala. Además Robert hizo uso de su español totalmente “guirili” y Sharon también estuvo muy comunicativa con el público entre canción y canción. Quedó muy simpático cuando hizo que el público hiciese los coros del inicio de “Ice Queen”. Y sobre todo y lo que es más importante, son un grupo que superan claramente en directo a lo que hacen en disco, con un sonido simple y llanamente perfecto desde cualquier punto de la sala (nos movimos bastante), sabiendo transmitir y mover perfectamente al público.
Personalmente me quedo con las interpretaciones de “Angels” y “Memories”, y como he dicho el final con “Ice Queen”, y casi lo único un poco criticable, es el dueto con Keith Caputo, estando la voz de Keith pregrabada, y saliendo sólo su imagen proyectada en el cielo del escenario.
Nuevamente dieron un gran concierto, superando al anterior que escuché en Macumba. Con conciertos así no me extraña nada que el grupo vaya creciendo en salas y en espectadores. Como dijo el bueno de Robert, “somos muy feliz de estar aquí”, y que en cuanto les fuera posible volverían a Madrid. No me cabe la menor duda de que volverán a llenar La Riviera, porque se noto que entusiasmaron al público, y me da a mí, que más de uno, va a volver a repetir.