Pese a la amenaza de cielos oscuros y apáticos, arrancamos En Vivo Festival con profesionalidad desde el comienzo viendo a las bandas noveles dar el pistoletazo de salida al que por merecimientos propios se ha convertido, en solo tres ediciones, en el gran festival, con permiso del inmortal Viña Rock, de todos los amantes del punk y el metal, así que como del rap y el mestizaje de carácter nacional. De esta forma nos pasamos por la carpa para ver el death metal moderno de unos jovencísimos Night Symphony que mostraron mucho arrojo y ganas de mostrar su propuesta, aunque sin la ayuda del sonido que en la carpa podemos evaluar de suspenso. Antes de terminar su actuación, y aprovechando para familiarizarnos con el recinto, nos acercamos por el Escenario 2 donde los sureños Deep End luchaban contra un sonido deficiente a base de bajos gordos, riffs numetaleros, y cuidadas voces melódicas. A pesar de evocar unos sonidos que hoy en día no parecen estar al alza, lo cierto es que a la banda se les aprecian buenas ideas, y seguramente de haber surgido hace diez años su hora de actuación estaría mucho más cercana a la medianoche que a la hora de merendar. Poco después Niño Mandarina abrirían el Escenario 1 con su su pop-rock acelerado de corte punk, que sin embargo se vio perjudicado por la inmensidad de un recinto que apenas contaba aún con personal.
Visto lo visto, y ante la baja audiencia que transitaba los escenarios destinados al rock, nos acercamos por el Escenario Hip-Hop donde desde el principio se auguraban buenos conciertos. Como suele pasar en estos festivales el escenario Hip-Hop juega al margen del resto, y pese a que cada vez todos somos más eclécticos, lo cierto es que se convierte en un oasis donde el ambientazo que forman raperos de todo el país, invita a quedarte allí más tiempo del que en principio pensabas. De esta forma, el en otros tiempos Mc de Triple XXX, Gordo Master, inauguraba el festival a base de ritmos y bases bailongas, y con un concierto lleno de bromas y buen rollo. No faltaron «Malaga City», «Forever», «One New Day», o la irreverente «Agua Pá Beber», recientemente estrenada en formato videoclip junto al colaborador en el Lp, Langui. Tras él apareció en escena todo un clásico de la escena madrileña como Kultama, en este caso acompañado por una banda llamada Buntaman, que ofrecieron un concierto diferente, con toda la musicalidad que batería, bajo y teclados ofrecían, y que demostró que el mítico Mc de VKR sigue siendo más que querido dentro del panorama rap nacional, y más en especial aquí en Madrid.
Tras un paseo por el Escenario 1 para observar como el estado de Yosi es cada vez más desmejorado, decidimos volver al Escenario Hip-Hop, y es que pese a que las masas, que ya sí llenaban la parte baja del auditorio Miguel Ríos, parecían disfrutar de lo lindo con Los Suaves, a nosotros el mal sonido, y sobre todo la imposibilidad de entender casi ninguna sílaba de las vociferadas por Yosi, nos desanimó a seguir mojándonos al ritmo de estos ilustres del rock urbano nacional. Eso sí, la experiencia de ver y escuchar una vez más «Dolores Se Llamaba Lola», nos la llevamos en nuestras retinas y tímpanos antes de nuestra huida hacia la actuación de Duo Kie.
Lo de Duo Kie, es de admirar. Con sus divertidas peroratas, su planificada actuación, y sus innegables himnos, se metieron en el bolsillo sin demasiado trabajo a un público, el del Escenario Hip-Hop, al que hay que admirar por su predisposición a pasarlo bien cada segundo que duraba el festival. Con su peculiar humor como bandera, y las coreadas «Nosotros Lo Hicimos» y «Boom!!», pusieron patas arribas el recinto, guardándose además la bala del guiño a los cabezas de cartel de En Vivo 2012, Extremoduro, con su tema «Voy A por Ti (So Payaso)», la cual adelantó los primeros coros del público en torno a un tema de los extremeños, gracias a un sampler con el estribillo de la conocida canción de estos.
Rápidamente nos dirigimos a coger posición para el que era el concierto que más nos interesaba del día, el de Soulfly. La banda de Max Cavalera, fue más que nunca la banda de Max Cavalera, y es que llamar a lo de ayer «concierto de Soulfly», sería no hacer honor a la verdad. Un buen puñado de versiones de Sepultura, guiños a clásicos como Iron Maiden o Black Sabbath, un tema como «Plata o Plomo», más propio de Asesino, banda mexicana del bajista recién incorporado, Tony Campos… Es decir un conglomerado de perlas para un público dispar, y en el que seguramente los seguidores acérrimos al grupo actual de Cavalera, no eran mayoría. Con todo y eso sonaron temas de su nuevo «Enslaved«, y por supuesto clásicos de la banda como «Prophecy» o «Back To The Primitive». En definitiva, si después de tantos años Cavalera siguen atrayendo al personal es porque de tonto no tiene un pelo, y sabedor de lo que gusta al público de un festival como este, y disponiendo de apenas una hora de actuación, el brasileño dispuso todas las armas que posee para nuevamente irse como triunfador de nuestro país.
La intermitente lluvia que durante toda la tarde noche nos amenazaba se fue haciendo más insistente hacia el final de la actuación de Soulfly, y dado que ni el ragga de Morodo y Fyahbwoy, ni la dudosa gracieta de los Mojinos, eran muy de nuestro agrado, decidimos retirarnos para así afrontar con fuerzas los dos días restantes de festival. Equipados para la lluvia ante las desfavorables previsiones para el día de hoy, intentaremos dar rendida cuenta, como mínimo, de la actuación estelar del día, la de los californianos Bad Religion.